Único en mundo es el paisaje de la formación Cancha de bochas, en el Parque Provincial Ischigualasto, donde las piedras redondas, casi perfectas algunas, afloran a la superficie brindando una visión onírica, lo más atractivo del parque para muchos turistas.
“Es algo que nunca imaginé que podría existir, si bien acá todas las formaciones son hermosas, es fácil pensar que fue por acción del viento y el agua, pero cuesta entender lo de estas piedras redondas. Sin dudas fue lo que más me gustó”, dijo David, un catalán que llegaba por primera vez a estas tierras.
En el mismo sentido opinó un porteño, “creo que este lugar es mágico y este paisaje de piedras redondas es surrealista”.
La explicación del guía, Pablo Costa, dejó satisfechos a todos.
“Científicamente reciben el nombre de concreción. Son rocas que tienen entre 220 y 225 millones de años. Se formaron en un ambiente húmedo, un río o lago, a partir de materia orgánica puede ser una hoja, un trozo de madera, un hueso, y una pequeña partícula de esa materia orgánica se transforma en el núcleo que, con el paso del tiempo, con lo que recibe del agua, arena, sales y carbonatos, se van adhiriendo esa partícula.
Con el paso del tiempo y millones de años se va formando una bola que se transforma en una roca sólida y compacta”, señaló Costa.
Las bolas más grandes alcanzan los 90 centímetros de diámetro y están en zonas de poca accesibilidad. Las más pequeñas no superan los 5 o 10 centímetros, la zona que forma parte del circuito tradicional en el parque es la que tiene la mayor concentración de este tipo de formación rocosa.
Los accesos con barandas en cada una de las formaciones impiden que los visitantes puedan tomar contacto con las piedras, pero no siempre fue así. En el pasado (no muy lejano) muchos se llevaron bochas de Ischigualasto.
Hoy, después de la puesta en marcha del Plan de Manejo del parque (2010) y la celosa mirada de los guardaparques es imposible llevarse estas rocas.
Circuito diurno tradicional
En la entrada del parque es común cruzarse con algún guanaco, también una pareja de zorros merodeaba en busca de comida, incluso una mara posaba estática junto al dino que anuncia «Ischigualasto».
Es el más visitado por locales y turistas y contempla 40 kilómetros en automóvil con paradas en Valle Pintado, Cancha de bochas, El Submarino, El Hongo y el Museo de Sitio William Sill donde se pueden observar fósiles reales y como se trabaja con los mismos mientras uno de los expertos explica el proceso.
La duración del recorrido es de tres horas, regresando por las Barrancas Coloradas.
El circuito tradicional se complementa con la visita al Centro de Interpretación de la Universidad Nacional de San Juan, que pone de manifiesto el valor científico de Ischigualasto. Allí, con réplicas en tamaño real de los dinosaurios que habitaron el valle, se puede observar la línea de tiempo de la era triásica.
El área cuenta con baños, duchas, confitería, centro de artesanos y zona de acampe. En pocos días más se habilitarán los domos.
Además del circuito diurno tradicional, el parque ofrece el circuito con luna llena, caminata al cerro Morado, circuito de mountain bike y circuito Río Salado.
Patrimonio de la Humanidad
El Parque Provincial Ischigualasto es el sitio turístico de San Juan que más visitas recibe.
Fue creado en el año 1971 por Ley 3666,7 y fue declarado Lugar Histórico Nacional, en la tipología de «Sitio arqueológico, paleontológico y ecológico», mediante Decreto n.° 712 del año 1995, en conjunto con el Yacimiento Talampaya de la Provincia de La Rioja.
En dicho Decreto se le asigna una superficie de 62.916 hectáreas. Posteriormente fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el 29 de noviembre de 2000.
Ischigualasto es un nombre de origen diaguita, que significa «sitio en donde no existe la vida» o «lugar de la muerte». Otras versiones indican que el nombre significa «lugar donde se posa la luna».