100 años del Club Sirio Libanés: los secretos que guarda el tradicional edificio sanjuanino

El Salón de las Columnas, con sus 12 arcos y 12 columnas de finas terminaciones, el gran arco de entrada, la torre y su cúpula, y cada detalle de los salones, tenían un objetivo desde el origen: que el edificio recordara a la Alhambra de Granada, el gran palacio que habitó el último monarca árabe en suelo español, donde los árabes dominaron 800 años.

Terreno y primer salón de adobe.

El club nació como Sociedad Juventud Libanesa el 1 de mayo de 1919, es una de las instituciones sociales más importantes de la provincia. Y si bien el edificio comenzó a construirse en la década del ’30, es la joya del club y un ícono de la Ciudad de San Juan.

Pero este valioso club tiene algunos enigmas sin resolver y en el centenario de la institución salen a la luz: ¿Por qué no se cayó el Salón de las Columnas en el terremoto del ’44? ¿Quién realizó la exquisita escultura del hall de acceso? ¿Son las puertas principales restos de un famosísimo barco de la Segunda Guerra Mundial? No se ilusionen, no existe una respuesta para todo.

María Antonieta Zegaib es socia y visitante al club desde su infancia, también participa en la Unión Cultural Argentina Libanesa de San Juan. Ella relató algunos de los misterios del edificio, historias contadas de generación en generación, que ahora se darán la tarea de investigar.

“En una charla familiar en la casa de unos paisanos surgió que, según cuenta la transmisión oral, las puertas verdes de ingreso del edificio fueron hechas con material del desguace del acorazado alemán Admiral Graf Spee que se hundió en el Río de La Plata durante la Segunda Guerra Mundial. Pero eso no hemos podido comprobarlo”, dijo Antonieta.

Podría ser cierto ya que en la llamada Batalla del Río de la Plata, a las 05:30 de la mañana del 13 de diciembre de 1939, los vigías del Admiral Graf Spee identificaron al crucero británico Exeter y ambos dispararon sus armas más pesadas. El acorazado alemán terminó averiado y el capitán decidió atracar en el puerto de Montevideo. Y si bien el barco tenía arreglo, su capitán decidió dinamitarlo antes que permitir que los ingleses pudieran acceder a su interior y conocer sus secretos. Voló el interior del barco pero sus restos permanecieron en el río hasta 1943, cuando fue desguazado.

Admiral Graf Spee

Otro de los misterios que guarda el edificio es el origen de la escultura de una mujer en el hall de entrada. Se trata de una exquisita obra realizada en mármol de Carrara de la que nadie conoce su origen. “Es una escultura de gran calidad y acabado pero nadie sabe quién la hizo”, dijo Antonieta.

La mujer sostiene un espejo con una mano mientras que con la otra trata de acomodarse el tocado, tiene puesta una túnica que le deja un seno al descubierto. Las líneas y los acabados puros de la obra traen a la memoria los trabajos de Lola Mora.

“En una época estuvo perdido el espejo y le hicieron otro que no quedó igual”.

¿Por qué no se cayó con el terremoto el Salón de las Columnas?

El primer edificio del club comenzó a construirse en 1934, por entonces la entidad contaba con un gran número de adherentes y compraron un terreno en calle Rawson, hoy Entre Ríos, número 245, donde existía un viejo caserón de adobe.

Fernando Mó, en uno de sus libros “Cosas de San Juan”, contaba que se realizó un concurso de proyectos y fue aprobado el presentado por Nicasio Pechuán Doria. Este conocido constructor español radicado en San Juan acababa de construir el cine teatro Cervantes, y en su niñez había conocido la belleza arábiga que los libaneses necesitaban para su edificio social.

Cuando el 15 de enero de 1944 se produjo el terremoto, el edificio tenía un avance parcial y se destruyó todo, todo menos el Salón de las Columnas, el mismo que existe hasta hoy con algunas mejoras. “Es lo más antiguo del club y creemos que se mantuvo en pie por los materiales y sistema de construcción. Ese salón es de granito puro, no tiene ladrillos”, señaló Zegaib.

Reconstruir el edificio y ponerlo en línea conservando el estilo fue una obra magna que reclamó fuertes sumas de dinero y gran esfuerzo. Con Wadi Fagale al frente, se compró un terreno al norte edificio. Esta construcción estuvo a cargo de la empresa Juan Jesús Fernández con proyecto de Pedro Ribes.

Mó destacó que obtener los fondos necesarios puso en juego la habilidad y empeño de Fagale. Este consiguió el dinero mediante un sistema de kermés y bailes a los que se sumaron aportes del gobierno del ingeniero Viviani. “Por ello los apellidos Fagale y Viviani son acreedores al recuerdo permanente vinculado a la construcción del edificio del Club Sirio Libanés de San Juan. El nuevo edificio se inauguró el 21 de noviembre de 1959”, señaló Mó.

Para la comunidad libanesa el edificio logró la meta de reproducir un espacio que tuviera la mirada de los originarios del Líbano, un lugar para la transmisión de la cultura a través del tiempo. “Estoy segura que ha logrado su objetivo, con épocas altas y bajas, pero lo cumplió. Incluso logró más porque fue un club de puertas abiertas, integrado a toda la sociedad, y las no paisanas que se casaban con paisanos (libaneses) aprendieron las costumbres, los bailes y la cocina del Líbano”, aseguró.

Hoy el edificio, con sus 5.000 m2 cubiertos, es la joya de la comunidad libanesa y de todos los sanjuaninos.

“Los sillones los cuidamos como oro porque son únicos y son el sello del club. Están hechos en madera de roble tallados a mano por expertos ebanistas y tapizados en cuero. Si se rompen es casi imposible arreglarlos, no solo por lo económico sino porque ya no quedan ebanistas de ese nivel”, dijo Antonieta.

El mármol usado en el interior es sanjuanino, pero las mayólicas y mosaicos fueron traídos de España, al igual que la moldería, si se rompe no se puede reproducir.

Zegaib también menciona la excelente herrería artística de las escaleras y la fuente en el patio, el gran símbolo de la cultura árabe. “Para los árabes el agua tiene un gran significado porque es escasa, es fuente de vida, por eso la fuente no meramente decorativa, es todo un símbolo”.

(Todas las fotos son gentileza Club Sirio Libanés)