Amor y muerte en la leyenda de la Laguna del Cobre

Don Renzo Herrera, baqueano calingastino, conocedor de las historias que se pasaron de boca en boca a través de los siglos, escritor y poeta, contó la leyenda de la Laguna del Cobre que ha sido reseñada en varias publicaciones.

Esta es la historia.

Hace muchos años, un indio araucano de la Cordillera raptó a la hija de un cacique de la región de Calingasta y escapó con ella. Hacían camino de noche y de día se ocultaban en las cuevas de los cerros hasta que llegaron hasta la Laguna del Cobre. Extenuados de cansancio, después de haber recorrido una distancia tan enorme, se durmieron profundamente. No pudieron oír la llegada furtiva al valle de un grupo de hombres de guerra enviados por el padre de la joven en seguimiento de la pareja.

Entonces, el araucano fue sorprendido y herido gravemente de un flechazo. La muchacha, que se había enamorado de su captor, comenzó a correr pidiendo a su amado herido que la siguiera. Pero eso era imposible, estaban a merced de los hombres enviados por su padre. La laguna era la única salida posible para la huida. Y mientras él la seguía, cayendo varias veces y volviendo a levantarse, ella entró en el agua creyendo poder caminar hasta la orilla opuesta. Pero perdió pie y desapareció bajo el agua. Él la llamó infructuosamente desde la playa pero cayó finalmente herido de muerte por nuevos flechazos.

Los que conocen esta leyenda advierten que no hay que pasar de noche por esta laguna pues allí anda el alma del indio que procura vindicar a su amada y entonces ocurren toda clase de calamidades.

La Laguna del Cobre se encuentra después de pasar la Cuesta de las Totoras, a unos 5.000 metros sobre el nivel del mar, cerca del Paso de los Patos Norte, departamento Calingasta.

Foto: Eduardo Cinicola