Un hueso de ballena de más de dos metros recibe a los visitantes en el escondido y único Museo Einstein. Adentro, sorprenden las vitrinas con piedras, huesos, vegetales y animales de todo tipo y de distintos períodos de tiempo.
“Este es un museo atípico, por empezar porque está en una caverna realizada por 1.500 checoslovacos que llegaron en 1920 traídos por Federico Cantoni.
Esto lo construyeron tan perfecto que dentro de miles de años, cuando no exista el Centro Cívico o la Catedral, estas cavernas va a estar intactas, así como se conservaron las cuevas de Altamira con sus frisos hechos por el hombre prehistórico”, explica Domingo Castro, creador del museo.
Agrega que esta cueva no podría caer porque fue trabajada en arcos de medio punto en curva, donde una piedra sostiene a la otra que forman un arco que no se cae.
“Ya tienen 100 años son cavernas históricas. Acá la temperatura circular se mantiene siempre a 18 grados, en invierno se polariza y adentro se siente tibio mientras que en verano es al revés”.
Mientras uno se siente contenido en el interior de la madre tierra, Castro despliega sus amplísimos conocimientos de historia, biología, paleontología, geofísica… sabe tanto que mientras habla uno se pregunta cómo puede memorizar tanta información y a la vez explicarlo de una forma tan sencilla y amena.
“Acá estamos caminando en un fondo marino, porque este cerro es un fondo marino del periodo Cámbrico que tiene 560 millones de años.
Pero este cerro no es de San Juan, no es de Argentina, no es de Sudamérica, es de la zona de los Apalaches de Norteamérica, de una placa que hace millones de años se desprendió y viajó hasta el Sur”, asegura.
Esta teoría fue confirmada por destacdos investigadores.
Museo Einstein, para toda la familia
A una altura de 570 metros sobre el nivel del mar, el museo guarda 14.000 piezas, pero solo hay exhibidas unas 1000, por cuestiones de espacio.
“Llevamos 20 años acá y miles de personas han visitado el museo, también se lo ha mencionado en 70 libros de distintas universidades, incluso está en el catálogo de museos del mundo”.
-¿Cuál es la importancia de este museo?
–Este museo tiene de todo, reino mineral, vegetal, animal y cultura prehispánica, acá se puede ver lo que ahora se llama la evolución.
Todo lo explica Castro ya que conoce a fondo cada una de las piedras y huesos que tiene el museo, él fue quien lo creó en 1984, en la Capital sanjuanina, con piedras y hallazgos realizados por él o por amigos historiadores e investigadores.
“El museo nació orientado a las escuelas, para que los niños trabajen con piezas verdaderas y no con láminas. Después, Marcos Mallea, quien publicó el primer libro del museo, tuvo la idea de usar estas cavernas”, relata Castro.
Hablaron con el intendente de ese momento (Sirerol), y los habilitaron a tener el museo allí, se instalaron en la primera cava.
“Lo inauguró Leopoldo Bravo en las cavas más abajo, estuvimos ahí 10 años y después otra intendencia decidió usar esa cava para una bodega y nos trasladamos al sector donde estamos actualmente”.
Objetos y personajes
El museo tiene piezas únicas de botánica, zoología, paleontología y arqueología, que incluye colecciones de utensilios huarpes, cerámicas, flechas y un maravilloso arco realizado por los antiguos pobladores de esta tierra.
Pero eso no es todo, Castro es un personaje tan atractivo como su museo. En un día de suerte puede hacer cruzar y extender los brazos al visitante, leer sus movimientos, y decirle qué tipo de personalidad tiene, a grandes rasgos.
Don Domingo es una enciclopedia viviente, y es quien transforma al museo Einstein en un parque de diversiones para las mentes curiosas.
Cómo llegar: en auto, por la ruta provincial N° 12, hasta la Quebrada de Zonda. En transporte público desde la Capital de San Juan, llega el colectivo 23. El museo abre a partir de la hora 14.
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