Una desgracia los emparejó en la historia de la Argentina: el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento y Cristina Fernández de Kirchner sufrieron atentados contra su vida, ambos con armas de fuego que fallaron. Sarmiento, cuando era presidente de la Nación; Cristina, siendo vicepresidenta.
A ambos les dispararon personas nacidas en otro país y casi a la misma hora. Ambos líderes políticos eran blancos del odio opositor.
Los diarios de la época publicaron que la explosión fue muy fuerte, pero Sarmiento ya estaba medio sordo y no escuchó nada.
Fue el sábado 23 de agosto de 1873 a las nueve de la noche.
El atentado contra Cristina sucedió el jueves 1 de septiembre a las 21,37; en la puerta de su casa, ubicada en la esquina de las calles Juncal y Uruguay en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A Sarmiento lo atacaron cuando viajaba en su carruaje hacia la casa de Aurelia Vélez Sarsfield, en la esquina de Corrientes y Maipú, se oyó una explosión.
Francisco Guerri, italiano, disparó un trabuco pero estaba muy cargado de pólvora y le estalló en la mano. Lo acompañaban su hermano Pedro, quien llevaba otro revólver y un cuchillo; y los argentinos Luis Casimiro y Aquiles Sesatrugo.
Los conspiradores fueron detenidos, procesados y condenados. Se supo que habían llegado recientemente al país desde Italia y que actuaban bajo las órdenes de “un señor muy importante”.
El intento de asesinato a Sarmiento se atribuyó al caudillo entrerriano López Jordán, contra quien cargó el ejército y la policía.
Después se dijo que habría sido planificado por personas cercanas a Jordán, en represalia por su persecución.
Odios recientes
En el intento de magnicidio contra Cristina Fernández, transmitido en vivo y en directo por C5N, el agresor, Fernando André Sabag Montiel, de 35 años, nacido en Brasil y nacionalizado argentino, gatilló una pistola de la marca Bersa cargada con cinco balas.
Apuntó contra la cabeza de la vicepresidenta pero la bala no salió.
El hombre había logrado llegar a escasos centímetros de Fernández, camuflado entre los simpatizantes que permanecían en la puerta de su casa en apoyo por el proceso judicial en su contra.
La investigación judicial por este intento de homicidio contra Fernández de Kirchner quedó a cargo de la jueza federal de turno María Eugenia Capuchetti, titular del Juzgado Federal N°5, y del fiscal Carlos Rívolo.
El día después, viernes 2 de septiembre pasada la hora 16, la vicepresidenta salió de su casa y como si nada hubiera pasado se acercó a saludar a la gente que la esperaba.
Por su parte, Sarmiento, tiempo después del atentando y haciendo gala de su famosa ironía, comentaba al referirse a cualquier episodio sin importancia: “Es como el trabuco de los Guerri…”.