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Camino del Inca: lo que se sabe de su paso por San Juan

Una línea casi imperceptible desde el llano, pero que una vez que se divisa aparece como con un resaltador en la tierra. Así fue la primera vez que esta cronista vio el Camino del Inca en la Reserva de Biósfera San Guillermo, departamento Iglesia, camino que atraviesa la provincia de norte a sur.

Qhapaq Ñan, en lengua quechua significa “camino principal”, en referencia a la red prehispánica de caminos y estructuras relacionadas de comunicación, intercambio y defensa que se extiende por más de 30.000 kilómetros y que alcanzó su máxima expansión en el siglo XV cuando fue consolidado por los Incas.

En 2014, Qhapaq Ñan fue reconocido por el Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO como testimonio único y excepcional de la civilización inca, así como de la integración cultural de esta amplia área geográfica y del conjunto tecnológico utilizado para su construcción.

Por este motivo fue inscripto en la lista de Patrimonio Mundial bajo la categoría de “Bien Transnacional seriado” y en calidad de Itinerario Cultural.

La línea roja marca el recorrido del Camino.

En la publicación “Diversidad biológica y cultural de los Altos Andes Centrales de Argentina. Línea de base de la Reserva de Biosfera San Guillermo – San Juan” (2007), los autores señalaron la existencia de esta vía precolombina como Caminos Culturales.

“Son la evidencia de la importancia económica que representó la región, desde tiempos prehistóricos hasta la actualidad, para el traslado e intercambio de bienes hacia puntos diversos. La evidencia más característica de este objeto de conservación son los tramos identificados pertenecientes al Qhapaq Ñan”.

Luego destacaron que, dentro de esa red, el Camino del Inca constituye un testimonio único y excepcional de un proceso histórico, acotado pero determinante, en la historia andina del continente sudamericano.

“La magnitud crucial de esta red de interrelación del imperio y su travesía a lo largo de valles profundos, sierras altas, montañas nevadas, pantanos, roquedales y ríos torrentosos, nos permite incorporar la valorización de la diversidad de ambientes o recursos naturales representados por el entorno”.

En el recorrido mencionado, realizado en 2013, también aparecieron otras evidencias de antiguas culturas como círculos de piedra, de gran perfección en su trazado.

Además, los investigadores identificaron instrumentos utilizados para la caza y la recolección de los recursos alimenticios para las poblaciones que habitaron desde hace 8.500 años hasta restos materiales de tiempos históricos. 

Entre el río San Guillermo y el curso superior del río Blanco, Mariano Gambier y Teresa Michieli (1986) registraron quince sitios con construcciones incaicas: Cerro La Paila, Río Tambos Agua Arriba, Río Tambos Confluencia, La Gloria, Pircas Negras, Pircas Blancas, Huesos Quebrados, La Alcaparrosa, El Batidero, Santa Rosa, Cajoncito Verde de La Brea, Arroyo Infiernillo, Las Olorosas, Tambillos y Tambería del Indio.

Los autores concluyeron que el área fue ocupada por los incas con el objeto de explotar la lana de las manadas de vicuña.

Imagen perteneciente a la investigación de Alejandro García.

Publicaciones recientes

En el año 2011 se publicó “El Camino del Inca entre Tocota y Villa Nueva (Valle de Iglesia, San Juan)”, investigación realizada por Alejandro García, quien también había colaborado en el informe de Línea Base de San Guillermo. 

Investigador de CONICET, Departamento de Biología, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional de San Juan y Universidad Nacional de Cuyo, García, preocupado por definir si el camino correspondía o no a la vía incaica, concluyó que:

“Las evidencias observadas en el sector relevado confirman la existencia de un tramo principal longitudinal preandino del Qhapaq Ñan, que atravesaba el Valle de Iglesia rumbo a Calingasta y Uspallata. Además de Tocota, habría habido al menos dos sitios de apoyo para quienes transitaban la senda, tal como indicara Debenedetti (1917).

La información obtenida permite además desestimar la idea de que el tránsito norte-sur en el territorio sanjuanino se realizaba fundamentalmente a través del sector precordillerano, la cual se apoyaba básicamente en el rechazo a su localización en los valles longitudinales sanjuaninos”.

García aseguró que es posible que hayan existido uno o más tramos longitudinales precordilleranos, con una funcionalidad diferente a la del trayecto preandino, “pero esta alternativa requiere la generación de un importante volumen de información adicional para su tratamiento”.

El investigador desatacó que los datos disponibles permiten sostener que el recorrido realizado por la expedición de Debenedetti en 1915 entre las localidades de Villa Nueva y Tocota habría coincidido completamente con la traza del camino incaico, “a pesar de que aquel autor no lo advirtiera, ya fuera por la muy baja visibilidad arqueológica o por la falta de identificación de algunos sitios incaicos como tales”.

Qhapaq Ñan es un itinerario cultural transnacional integrado por 137 segmentos y 308 sitios arqueológicos asociados, a lo largo de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

En Argentina, se han registrado 13 segmentos de camino distribuidos en siete provincias: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza; y 32 sitios arqueológicos asociados.

El Qhapaq Ñan tiene influencia sobre las comunidades andinas hasta el día de hoy, particularmente en relación con la organización del tejido social y las filosofías culturales que dan significado a las relaciones entre las personas y la tierra.