Había que subir más de 100 escalones de piedra, tallados en el cerro y de difícil ascenso, para llegar a la gran escultura, una mole de cemento que es un ícono sanjuanino: la Cabeza del Indio.
Ubicada en la Quebrada de Zonda (dentro del departamento Rivadavia), justo sobre la hostería y el antiguo balneario, hoy no cuenta con el antiguo acceso directo y solo es posible llegar a la Cabeza del Indio ingresando por el sendero Siete Caminos, al final de la quebrada.
Después de recorrer 2,6 kilómetros, aproximadamente una hora a paso firme, se llega a la Cabeza del Indio, ubicada a una altura de 820 msnm, y mirando hacia la quebrada.
Los libros reseñan que la obra fue pedida por Federico Cantoni al artista que en esos años, 1930, se destacaba por sus obras indigenistas: Luis Perlotti.
La idea era rendir homenaje a los antiguos habitantes de San Juan con esta obra diseñada como si fuera un trono en cuyo respaldo domina la cabeza del indio.
Se eligió a Perlotti, quien si bien era escultor de varias obras célebres entre las que se destacan el monumento a la escritora Alfonsina Storni y a Florentino Ameghino, ya era famoso por sus obras cuyos protagonistas eran los pueblos originarios.
Cantoni inauguró el parque en septiembre de 1932, durante su segunda gobernación de San Juan. Lo llamó Parque Bernardino Rivadavia, pero en el año 1974, por ley N° 3910, pasó a llamarse Parque Federico Cantoni, en reconocimiento a quien fuera su principal artífice.
Con la actual puesta en valor del lugar, a través del proyecto Parque Aventura en la Quebrada de Zonda, la Cabeza del Indio seguirá siendo uno de los principales atractivos de la zona.
El indio y su escultor
En la página del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, hay varias obras de Luis Perlotti, entre ellas, la maqueta de Cabeza del Indio emplazada en la Quebrada de Zonda.
Allí reseñan que Perlotti, nacido en Buenos Aires en 1890, es considerado el principal representante de la corriente incaísta, una de las variantes de la estética americanista.
Luego citan a Roberto Amigo: “El incaismo es una mirada al pasado, a diferencia del indianismo que actúa en el presente, por eso su estrecha relación con los descubrimientos arqueológicos. […]. En 1939, Ricardo Rojas publicó su ensayo sobre el escultor Luis Perlotti, considerado el escultor de Eurindia.
Perlotti viajó al territorio andino en 1925 para exponer en la Exposición del Centenario de la Independencia de Bolivia.
En 1928 participó con el arquitecto Héctor Greslebin en el proyecto para el Monumento de Humahuaca, de perfiles tiahuanacotas.
En el MPBAFR existe una obra de Perlotti denominada “Laika Paya”, de cerámica policromada y realizada en 1952. En ella, el autor alude al mundo de las creencias y las narraciones del imaginario de los pueblos americanos.
“Una mujer ensimismada que muestra la aflicción de las mujeres sabias, que se ocupaban de curar con pócimas y brebajes el mal que padecía su pueblo, cuando el conquistador la privó de su función”.
Otra gran obra de Perlotti en San Juan
El mismo artista es quien realizó la estatua de Doña Paula Albarracín de Sarmiento, madre de Domingo Faustino Sarmiento, en actitud contemplativa junto al telar donde trabajara.
Esta obra fue realizada en bronce sobre base de travertino sin pulir, sus medidas son 2,20 metros de alto, 0,90 m de ancho y 0,75 m de largo.
Fue colocada en 1939 en el lugar que ocupara una obra de composición pétrea, en ocasión de cumplirse el cincuentenario de la muerte de Sarmiento, a pedido de la Asociación de Maestros de Escuelas Lainez.
