Cuando las iglesias estaban lejos, las familias creyentes levantaban sus propios oratorios para manifestar su fe. Tal fue el caso de la familia Landa, dueños de la finca Santa Ana, en la localidad El Rincón, donde en 1942 construyeron el oratorio que hoy es Patrimonio Histórico y Cultural de Caucete y parte del Camino de fe.
Los oratorios son estructuras simples que generalmente se construían separados de la casa familiar, eran pequeños porque debían ser funcionales para la práctica de fe de esa familia en particular.
El oratorio de los Landa fue tan bien construido, con cimientos de piedra visibles en el exterior, que pudo soportar los terremotos de 1944, 1977 (con epicentro en Caucete) y el de 2021. No tuvo la misma suerte el campanario, que se cayó con el sismo del ’77.
Aunque se lo conoce como oratorio Santa Ana (por el nombre de la finca), la imagen central del altar es la enorme figura del Sagrado Corazón de Jesús, de más de un metro y medio de alto, que en el terremoto con epicentro en Caucete se giró 90°, pero no se cayó.
También en el altar, más abajo, hay imágenes pequeñas de vírgenes y santos varios, y también fotos de la familia fundadora.
En la pared de fondo, una enorme ventana vitral deja entrar mucha luz al interior de la capilla.
Las otras paredes son un museo de imágenes religiosas y de documentos tan preciados por la familia como para dejarlos custodiados en su espacio sagrado. Allí está el diploma de celebración de las Bodas de Plata de la “Santa Misión Finca Santa Ana” 1930-1955, Caucete.
También estás enmarcadas las palabras pronunciadas en el homenaje realizado a las damas que formaron el Primer Consejo Diocesano de la Asociación de Mujeres de la Acción Católica de San Juan, que fue presidido por la señora María Carolina Echegaray de Landa, 1931 1965.
También hay hermosas fotos antiguas del matrimonio Landa y grupos de niños en su primera comunión. El oratorio de los Landa fue por muchos años el único lugar que tenían los pobladores rurales de El Rincón para celebrar bautismos y casamientos.
Más que un espacio de fe
Jacinto Landa y María Carolina Echegaray de Landa nacieron en San Juan, pero vivían en Buenos Aires y solo venían a la provincia para la vendimia, de enero a marzo. En 1930, María Carolina comenzó a enseñar catequesis a los niños de sus empleados en el garaje de la casa.
Para ella, acercar la fe católica a la gente que no tenía iglesias cercanas era su misión; por eso, en 1942, mandó a construir la capilla que fue la primera de la zona.
“Su espíritu estará siempre con nosotros los que compartimos con ella los afanes de la primera hora y de las que le sucedieron para llevar almas a Cristo y Cristo a las almas en un sublime apostolado”, escribieron en el homenaje de 1965.
“La familia y la comunidad admiran y le agradecen por dejarnos un valioso patrimonio y por ser una gran motivadora de la religión”, aseguraron los nietos de María Carolina; Ana Cristina, Carlos Ernesto, María Inés y María Eugenia.
El oratorio es privado (pasó de la familia Landa a la familia Huerta, actuales propietarios) pero está abierto a los visitantes y es parte del Camino de Fe, el nuevo circuito turístico que propone la Municipalidad de Caucete.