Con un video inédito, Destino San Juan homenajea a Jorge Leonidas Escudero en el mes en el que se cumplen 100 años de su nacimiento.
El poeta más elogiado y admirado de la provincia nació un 4 de septiembre de 1920 en la Capital sanjuanina, y pasó algunos años de su infancia en Tucunuco, Jáchal, donde aprendió a amar las piedras.
Hijo de una gran escritora, Margarita Mugnos de Escudero, “Chiquito” traía el don de la palabra en su sangre, aunque el diría que siempre estuvo buscando esa “palabra única”.
La primera vez que esta cronista habló con él fue por teléfono, en el año 2002. En ese momento, relató sus aventuras buscando el tesoro de Osorio en la cordillera sanjuanina y la crónica fue publicada en un suplemento especial de Diario de Cuyo.
Conocer su poesía es enamorarse de la forma de decir de Escudero, de su habilidad para sensibilizar cuerpo y espíritu a través de las palabras. Conocer su poesía es amarla para siempre.
Así comenzaba el itinerario de seguirlo a cada presentación de libros que hacía, casi una por año.
La segunda vez fue un encuentro en su casa, en el año 2012, de esa charla más intimista salió la crónica “El buscador” publicada en Tiempo de San Juan.
Por entonces parecía un buen título que resumía el mensaje que Escudero repetía, buscar la palabra única, pero también buscar pepitas de oro, buscar fortuna, buscar…
Con los años quedó al descubierto que el título no era para nada original, muchos otros periodistas de medios nacionales habían titulado mas o menos en el mismo sentido. Se había entendido la preocupación del poeta.
Escudero, el más humilde
– ¿Qué siente ante tanto homenaje?
-…tengo una invitación de Buenos Aires, no puedo ir a recibir, no puedo viajar como antes que iba dispuesto y contento, ahora eso se acabó.
Nunca respondía de forma directa ante estas preguntas que lo ubicaban en un podio en el que él no se sentía cómodo. Esa humildad se sublimaba en poemas que estremecen el corazón.
Admirador de Federico García Lorca, Escudero se sabía en el ocaso. “Mi vida es tranquila, me quedo en casa, mis hijas me acompañan a hacer alguna diligencia”.
Dijo esa tarde de 2012 que su poesía fue calificada como intimista y regionalista ya que refleja lo que sucede en el medio en que vivía, San Juan.
“Yo reflejo el modo de hablar de mi gente y que hablo yo. Es algo que sale naturalmente, si no, no tendría gracia, sería una artisticidad, una ficción”.
En su pieza de escritor, que construyó en el fondo de su casa, tenía todos sus recuerdos, fotos viejas, diplomas, placas de reconocimiento, tantas que sería monótono mencionarlas. Y piedras, muchas piedras de la cordillera, porque fueron una parte vital de su existencia.
“Yo hice la minería del pirquinero, que es minería en la pobreza, sin elementos, sin nada, rasguñando el cerro, juntando piedras para vender”.
Cuando se le consultó qué consejo daría a los jóvenes que quieren escribir poesía, él leyó uno de sus poemas, “Contestación”, donde cuenta qué le dijo a un joven escritor y agregó:
“el que cree que sabe, no sabe… yo estoy en la misma, yo no puedo dar consejos, solo sentir que uno tiene que expresarse y buscar la palabra única, a veces uno se acerca pero no consigue la totalidad”.
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Dice la biografía en la solapa de sus últimos libros, publicados por Ediciones en Danza, que nació en San Juan en 1920 y que comenzó a publicar recién a los 50 años. Obtuvo premios y distinciones de diversas entidades culturales nacionales e internacionales.
La Fundación Argentina para la Poesía lo destacó como miembro de honor por la provincia de San Juan. El Honorable Senado de la Nación le otorgó el Diploma de Honor. La Universidad Nacional de San Juan le otorgó el título Doctor Honoris Causa.
En 2011, recibió la Primera Mención del Premio Nacional de Poesía. Escribió 25 libros.
“He sido andariego pero se me acabaron las andanzas. Mirando para atrás no tengo nada de que arrepentirme, he hecho lo que he podido”.
