Brochero y Guayama, en una miniserie animada

Brochero y Guayama son los protagonistas de tres capítulos de una miniserie animada realizada en Buenos Aires: “Cura Brochero Vientos de Santidad”. En esos capítulos hay participación sanjuanina.

Dos historias muy fuertes pugnan en esta crónica: la primera es la del título, la amistad entre el cura santo y el caudillo sanjuanino perseguido por la ley, como parte de un capítulo importante en la vida de Brochero.

La otra historia es la de Enrique Fernández, un carpintero que vive en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires, y que en cumplimiento de una promesa se puso a escribir un guión para difundir la vida de Brochero.

La idea era hacer una teatralización de voces como una radionovela, pero después lo convencieron de que con una sucesión de imágenes se podía dar más atractivo a la historia, y así lo hizo.

Esta miniserie del santo argentino tendrá unos 25 capítulos, de 10 a 15 minutos cada uno, y Santos Guayama aparece en los capítulos 11, 12 y 13, este último aún no se estrena.

Los mismos se suben a Youtube, en la página La Sagrada Familia Billinghurst, que pertenece a la parroquia del mismo nombre.

“El trabajo salió por la pandemia, buscando qué hacer. Esto es un emprendimiento familiar y tiene cero rédito, el único objetivo es hacer conocer al santo Brochero, porque a mí en estados de desesperación fue Brochero el que intercedió por la vida de mis hijos”, adelantó Fernández.

Entonces, se puso a escribir con tres libros de la vida de Brochero de base y dejando que su imaginación haga el resto.

familia Fernandez
Los Fernández.

Los primeros pasos

Como ya había creado un grupo de Whatsapp para difundir cuestiones relacionadas al santo, en el grupo apoyaron la idea de Enrique y después lo planteó al padre de la parroquia, Leo Perdomo.

Este apoyo era vital para la mayor difusión de la serie y porque Enrique no quería que fuera solo una obra de su familia, sino de todo el grupo de devotos. Además, quedaba la posibilidad de hacer lo mismo con otros santos.

“Al principio yo los llamaba y les proponía que hicieran alguna voz, los tenía que convencer, pero ahora son ellos los que me piden estar. La gente se fue sumando desde el capítulo uno”, dijo.

Sobre la marcha, Enrique va escribiendo cada capítulo, el sábado por la noche terminan y entregan al encargado de la página de la parroquia para que lo suba el domingo a primera hora.

El domingo 8 de noviembre se estrena el capítulo 13 que contiene la segunda parte de la historia con Guayama.

brochero

Para escribir sobre Guayama, el autor se contactó con los grupos brocherianos de San Juan para que alguno ponga la voz del rebelde de raíz huarpe. Oscar Sánchez, iniciador del grupo Amigos de Brochero y gran difusor de la fe en el santo, puso esa voz.

“Él me comunicó con un chozno de Guayama, que se llama Santos Guayama, y me dijo: ‘Enrique veo que lo que están haciendo es la verdad, que no están tratando a Guayama como un delincuente. Quiero agradecer ese pensamiento que volcó porque es el que los huarpes tenemos sobre mi abuelo’”.

¿Quiénes contaron la historia?

“Nosotros veíamos que Guayama era una persona que fue traicionada y no era alguien que delinquía por gusto, era un caudillo que fue traicionado. Más aún cuando leímos la proclama de Felipe Varela, el mismo sentimiento de Brochero es lo que sentíamos nosotros”, relató Enrique.

Así quedó plasmado que Brochero se hace amigo de Guayama porque sentía que no estaba con un forajido sino con un hombre de buen corazón que peleaba por su pueblo y por una causa justa. Pero también con un hombre cuya alma había que salvar.

brochero

“Más que bandido rural, como se lo denomina a Guayama, fue un caudillo. Tenía ideales sólidos, sabía por qué hacía lo que hacía. Brochero lo buscó para reclamarle que encontraba a mujeres juntadas con hombres no eran sus maridos, en pecado, y eso era porque los hombres se habían ido con Guayama”.

La montonera de Guayama, que había respondido al llamado federal de Felipe Varela, reunía a unos 300 hombres.

Después de la llamada del descendiente de Guayama, Enrique recibió otra, la del represente del obispo que le dijo que siga con las historias.

Y a los dos días le escribió María Zalazar, jefa de la comunidad Huarpe Cacique Cochagual, de San Juan, también para agradecer esta nueva mirada sobre el huarpe Guayama.

Además, María le mandó una poesía que aparece en el capítulo 13, donde también canta el chozno de Guayama.

 “No esperábamos esta repercusión tan grande, me llamó gente de Córdoba, de Tucumán, de San Juan y algo que pensé que verían 200 personas de mi parroquia ya lleva miles de vistas. Esto me pone muy contento porque lo que le prometí se está cumpliendo”, contó emocionado.

Enrique aseguró que suma veracidad y calidad al relato con los aportes de los sanjuaninos comprometidos con la historia y con Guayama.

Y confesó que desde el principio tuvo miedo de que la gente le dijese ‘esto no fue así’, por eso, en cada paso que va dando Brochero en el guión, Enrique va investigando y contactándose con la gente de los lugares donde el santo se movía.

Paso a paso

En el primer capítulo, Brochero aparece sentado tomando mate. “Me lo imaginé sentado, descansando, porque la noche anterior había vuelto de un bautizo, entonces trato de situarme, de ponerme en el momento, habría tomado y comido allí durante tres días.

Así van surgiendo los diálogos, y no es fácil porque a la par yo sigo trabajando en la carpintería pero tengo que llegar al domingo con una historia de 15 minutos.

Primero el guión, luego editar con los dibujos y después pasarlo a la compu, aprendimos muchas cosas que no sabíamos. Ahora muchos me dicen que lo inscriba como de mi autoría, que lo van a robar. Ojalá lo robe mucha gente y muchos más conozcan al cura Brochero”, relató Enrique.

Y siempre pide ayuda y orientación a los que más saben del tema. Por ejemplo, en Córdoba hay un diacono, Ángel Lasala, que es uno de los impulsores de la causa Brochero en esa provincia. Es quien apuró el trámite para que el cura sea nombrado santo por la iglesia católica.

brochero

Entonces esa parte de la historia la van a escribir esos protagonistas. “Esa gente sufrió para que sea santo. También hablé mucho a Córdoba para entender más la forma de hablar de Brochero y no decir ‘gurí’, por ejemplo, que es de otra zona del país”.

Con spoiler: el capítulo 13, “Traición y amargura”, cuenta el final de Guayama y cómo lo vivió Brochero.

En los capítulos 11, 12 y 13, ponen las voces: José Gabriel del Rosario Brochero,  Enrique Fernández; el narrador, Catriel Fernández; Santos Guayama, Oscar Sánchez; gaucho, Catriel Fernández.

“Cuando lo matan a Guayama a traición, también lo traicionan a Brochero porque le habían prometido indultarlo. Entonces entró en depresión el cura y no salió durante tres días. Hasta que llegó un niño que le dijo que su abuelo estaba a punto de morir y quería los sacramentos. Eso lo saca de esa situación”.

Enrique le dijo al nieto de Guayama que no se puede asegurar que se convirtió a la fe, pero “si se puede asegurar que los dos tenían el mismo Cristo en corazón, el mismo sentir, elevar al oprimido en esos lugares”.

Otras voces son las de: Miguel Juárez Celman, es Hugo Burgos; y Rafael Ahumada, Román Cuéllar. El guión es de Enrique Fernández y la producción de Catriel Fernández, mientras que la canción Santos Guayama es de Nahuel Jofré.

Los milagros

Durante más de 15 años Enrique Fernández trabajó como jefe de mantenimiento de una escuela que formaba futuros sacerdotes. Pero cuando cambiaron las autoridades echaron a los viejos empleados.

Enrique sabía hacer muchas cosas, sin embargo se decidió a trabajar con la madera “que es tan dócil”; y así nació “Artesanías Santo Brochero”.

Pero además, desde hace años Enrique es voluntario en un grupo que trabaja con niños en situación de calle y ellos fueron los que lo llevaron a Brochero.

“En el 1995 buscábamos un lugar para ir de campamento con unos 100 chicos y me dijeron de villa Cura Brochero. Ahí conocí por primera vez al cura, la gente decía que era bueno y milagroso, pero como fumaba y decía malas palabras nunca lo iban a declarar oficialmente santo”.

villa cura brochero
Villa Cura Brochero

En ese viaje Enrique tuvo lo que ahora llama “el primer impacto de Brochero”. En ese viaje su esposa estaba embarazada y se enfermó, tuvo una hemorragia y el conductor le dijo que si no mejoraba tenían que volverse.

Paro la hemorragia paró y cuando llegaron a Córdoba recibió atención médica. Cuando volvieron a Buenos Aires le hicieron una ecografía y descubrieron que se le había hecho un tapón de sangre que impidió un aborto espontáneo.

Pasaron los años y esa niña que ya tenía 19 años enfermó gravemente de cáncer. Entonces Enrique le dijo a Brochero: ‘si la salvaste antes vas a querer que viva’. Viajó a Córdoba cuando aún no era santo el cura y le ofreció la enfermedad de su hija.

“Le pedí que la hiciera leve y yo me iba a ocupar de difundir su vida. Después de eso ella se hacía la quimio y se iba a boxeo, a nosotros no nos gustaba porque era peligros pero ella decía que se sentía bien. Ella nunca se sintió mal y se curó completamente”, contó.

Otro hijo resucita

Tiempo después, otro hijo de Enrique le comentó a la familia que le dolía el brazo, le dijeron que seguramente era un problema muscular. Hasta que un sábado despertó con dolor intenso en el pecho así que lo llevaron al hospital donde pasó lo peor: le dijeron a Enrique que su hijo había fallecido.

“Yo rezaba descontroladamente en voz alta y me preguntaba por qué me pasaba esto. En eso sale un médico, me pide disculpas y me dijo que un doctor continuó dándole electroshock y que mi hijo estaba vivo pero pendía de un hilo”.

Lo pasaron a terapia intensiva y allí el jefe de esa unidad le informó que era muy difícil que saliera porque no lograban estabilizarlo para ponerle un stend, ya que se había coagulado una vena.

Pasaron dos minutos y un hombre que era el chofer de la ambulancia le dijo que lo estabilizaron y lo trasladaban, aún con parámetros que no eran normales.

“Yo lo único que hacía era rezar descontroladamente, creo que decía cualquier cosa. Días después, con mi hijo aún en coma inducido,  me llamó un médico y me dijo que había que sacarle el respirador porque había agua en los pulmones.

Yo me quedaba, no salía del hospital y eran como las 4 de la mañana cuando me llama un médico y me pregunta si yo le había sacado el respirador a mi hijo. Le dije que no, que cómo iba a hacer  eso.

Mi hijo estaba atado porque cuando vuelven de un coma inducido pueden ponerse violentos por la misma situación. Las enfermeras no lo tocaron pero el entubamiento estaba en el suelo y él tenía los parámetros normales. No se explicaban que había pasado”, contó Enrique.

El hijo mejoró y hoy vive como si no hubiese tenido nada.

“No cuento mucho esto, lo guardo en mi corazón porque no entiendo las cosas de Dios, no sé qué quiso mostrarme. Pero mi vida cambió mucho desde ese momento, no pienso en las cosas terrenas, no me interesan las cosas materiales, la felicidad está por otro lado”.

En la familia de los Fernández son 11.

Está en marcha la promesa de hacer conocer al santo.

“Soy muy creyente porque Brochero fue mi intercesor ante Dios en los momentos difíciles que pasé. Muchos me piden a mí para que yo le pida a Brochero y yo les digo que solo soy un hombre con fe, creo mucho en la fuerza de la oración, pero no tengo contacto especial con Brochero, soy un simple pecador, una persona normal”.

Para ver todos los capítulos de Cura Brochero Vientos de santidad, click aquí.