La belleza de la larga galería de arcos habla de una arquitectura colonial que San Juan perdió después del terremoto de 1944, de hecho la Celda Histórica de San Martín, con más de 300 años, se mantiene en pie en el área del microcentro de la Ciudad.
Su relevancia histórica excede a la historia local, tiene que ver con la organización de la Campaña Libertadora de Chile y Perú pensada y llevada a cabo por el General José de San Martín, ya que en ese lugar es donde se tomaron algunas de las decisiones más importantes.

El edificio data de principios del siglo XVII y fue parte del antiguo templo de Santo Domingo. La celda (habitación de los religiosos) y la sala contigua, fue declarada Monumento Histórico Nacional (Decreto N° 107.512 de 1941), y Bien integrante Patrimonio Cultural, Provincial (Ley 571-F).
Esa celda histórica pertenecía al prior del convento, al igual que la sala capitular aledaña a la misma, fue cedida a San Martín durante su estadía en San Juan en 1815. En ella mantuvo reuniones con Fray Justo Santa María de Oro, Narciso Laprida (ambos representantes de San Juan en el Congreso de Tucumán en 1816), Ignacio de la Roza, Clemente Sarmiento (padre de Domingo) y el comandante Juan Cabot, entre otros.
Allí también recibió el aporte a la Campaña Libertadora de los patriotas locales, destacándose la entrega de joyas por parte de las damas sanjuaninas.

La celda conserva el catre y parte del mobiliario que usó el Padre de la Patria; están también las campanas que tenía la iglesia y el convento, las mismas que doblaron anunciando a Cuyo el triunfo de Chacabuco.
El patio conserva en buen estado de salud un algarrobo histórico, al que los biólogos le calcularon una edad entre 400 y 600 años, es decir que fue testigo de la acción de San Martín y los próceres locales. El añoso árbol comparte espacio con tres olivos también centenarios.
En agosto de 2020, con fondos provinciales se remodeló y amplió el sector del edificio ya existente, comenzando por la Biblioteca. Se remodelaron los sanitarios y se refuncionalizó la oficina privada, destinada para la comisión directiva de la Asociación, mejorando una superficie de 53 m2.

Se inauguró además una nueva sala de conferencias – SUM, una sala de exposiciones y relicario, con una superficie de 148,38 m2.
En estas nuevas áreas se ubica el museo con dos reliquias, una espuela y una bayoneta usadas por la Columna Cabot, que cruzó Los Andes por el Norte de San Juan.

También hay réplicas de los sables de San Martín y de Martín Güemes, trajes del Ejército de Los Andes completos y de Granaderos a Caballo de épocas más actuales.
El Pasaporte Sanmartiniano se adquiere en la sede de Turismo y se sella en la Celda Histórica.
La tarea de la Asociación
En el lugar se encuentra el Centro Cultural Sanmartiniano, sede de la Asociación Cultural Sanmartiniana de San Juan, su presidente, Miguel Ángel Licciardi, explicó que este 17 de agosto de 2025 cumplen cinco años en este lugar.
“Para nosotros ha sido un logro muy grande tener nuestra sede conectada con la Celda Histórica que pertenece a los dominicos pero es atendida y cuidada por nosotros”, dijo Licciardi.
Los nuevos espacios posibilitaron la creación del museo y pasando el portal se llega a la celda.

Estos servicios hicieron que las visitas se multiplicaran, están recibiendo un promedio de cuatro escuelas por día, de lunes a viernes, las mismas deben pedir turno para la visita.
También las visitas de locales aumentaron y el turismo de otras provincias que siempre se asombran de no tener que pagar para ingresar al museo.
La visita incluye una guía que realizan los pasantes de la UNSJ (de las carreras Historia y Archivo) gracias a un convenio entre la UNSJ con el Ministerio de Turismo y Cultura de la Provincia que paga a esos estudiantes. Actualmente hay cuatro pasantes en los horarios en los que la celda permanece abierta.

El lugar siempre cuenta con la presencia de los miembros de la Asociación, tanto de su presidente como del secretario, Carlos Basualdo, Claudia de los Ríos, Viviana Jorge, Ariel Bonetti, entre otros miembros del consejo directivo.
Son ellos también los responsable de las charlas permanente a instituciones sobre la vida y obra de San Martín; y reciben a las autoridades de organismos como Policía de San Juan, Servicio Penitenciario, Concejo Deliberante de la Ciudad, entre otros.
“Los principales visitantes son siempre los estudiantes y es la tarea más importante para una institución como la nuestra, porque nos permite educar en el marco de los valores sanmartinianos que es nuestra misión y anhelo”, dijo Licciardi.

El contexto histórico
Fernando Mó publicó en su libro “Cosas de San Juan – volumen II”: “No existen dudas que el 5 de julio de 1815 el Gobernador intendente de Cuyo viajó a San Juan llegando el 9 del mismo mes, como si esa fecha anticipara una predicción, pues no debe olvidarse que por la participación fecunda de dos sanjuaninos ilustres se declaró la independencia de Argentina el 9 de julio de 1816 en el Congreso de Tucumán.
El arribo se produjo en últimas horas de la tarde, sin registrarse boatos especiales dado el espíritu austero del Gran Capitán”.
La elección del lugar, refería Mó, se debe a que San Martín no deseaba comprometerse con ninguna facción política de la época, por eso decidió alojarse con su séquito en el convento de los dominicos.

Por entonces tenía entrada por la actual calle Mendoza y conserva el viejo algarrobo “en el que los asistentes del gobernador ataron las cabalgaduras, tal vez fueron testigos también de esas escenas los olivos y la elevada palmera que aún puede observarse”.
San Martín ocupó la celda del prior de la orden que estaba amoblada con un modesto catre, dos arcones y tres sillones tapizados donde recibió a las autoridades y demás visitas que concurrieron a presentarle sus saludos.
Imaginaba Mó que “quizás los frailes azorados corrieron a tañer la vieja campana vigía de la ciudad, la cual debió vibrar con repiques de gloria ante la llegada de tan notable visitante”.

Refirió también que la celda data del siglo XVII y conserva cuatro puertas y ventanas originarias, al igual que la sala capitular contigua donde el prócer recibió las delegaciones más numerosas.
La contabilidad del gasto que la visita significó para la orden de religiosos quedó registrada en papel.
Mó contó que Fray Héctor Muñoz le mostró los documentos originales donde se puede leer: “Se gastó en la noche un real de arroz, un real de papas y medio en cabezas de cebolla, este gasto se hace por haber llegado esta misma noche a parar al convento el señor Intendente de la provincia, San Martín, trayendo dos compañeros, un ordenanza y tres sirvientes.
Se agrega que los gastos se triplicaron por la abundante leña gastada para hacer brasas que calefaccionaban las habitaciones de los visitantes. Firma la documentación el fraile Eduardo Castillo, procurador del convento”.

Mó analizó y se explayó respecto a los objetivos de San Martín en esta visita a San Juan: políticos, económicos – financieros, y militares.
En su accionar político apoyó la gestión del gobernador José Ignacio de la Roza, “cuya capacidad, adhesión a la causa, y hombría de bien ya eran conocidas”. También explicó a los líderes políticos de la ciudad la importancia de sus propósitos respecto a la independencia hispanoamericana. Otra meta era intercambiar ideas con Fray Justo Santa María de Oro y Narciso Laprida, ambos electos diputados al Congreso de Tucumán.
Hizo saber que todos los esclavos de 16 a 30 años quedaban en libertad por el solo hecho de incorporarse al Ejército de los Andes.
Recibió a damas y caballeros de la sociedad sanjuanina a quienes agradeció las donaciones efectuadas para solventar exigencias del ejército en formación.

San Martín, respondiendo a sus objetivos económicos, pidió hombres aptos y animales útiles, bronce, plomo, estaño y demás minerales para el parque de guerra de El Plumerillo, cuya dirección había encargado a Fray Luis Beltrán, sanjuanino de nacimiento.
También pidió telas y cueros para confeccionar uniformes, frazadas, alimentos de larga duración como charqui, sin dejar de lado oro, plata y piedras preciosas reducibles a dinero para otros gastos.
“Los aportes de San Juan fueron muy importantes, con frecuencia superiores a sus fuerzas económicas y pagaderos en tiempo muy reducido. El grueso de ellos se realizó entre 1815 y 1820, no sólo para el Ejército de los Andes, sino también para la provisión de armas destinadas a la defensa de Buenos Aires en caso de que la gran armada que se preparaba en Cádiz atacara las costas de América hispana”, señalaba Mó.
Hasta el 19 de agosto de 1816 la contribuciones sanjuaninas en especies integraron: 1.176 mulas de silla, 849 mulas de carga, 832 caballos, 1.216 monturas completas, 604 cueros de carnero y 472 ponchos.

Mientras que la colecta de dinero alcanzó hasta el 8 de junio de 1815 a 14.242,60 reales sin contar las contribuciones de Jáchal realizadas para la Cuarta División de Cabot.
No menos importante era para San Martín organizar en San Juan las milicias. Por eso visitó y alentó la maestranza militar que había organizado de la Roza con la ayuda de dos técnicos salteños, el ingeniero Hilario Cabrera y Manuel Grande, a quienes el general felicitó.
Ordenó la inmediata realización de trincheras en distintos lugares estratégicos para contener una posible invasión ultramontana.
Fue en este viaje que San Martín ordenó la organización de la Cuarta División del Ejército Grande para cuya jefatura designó al teniente coronel Juan Manuel Cabot. Además pidió el consentimiento de los religiosos agustinos y dominicos para que las dependencias de los conventos sirvieran de sede de adiestramiento y cuartel general de los soldados que debían cruzar Los Andes por el paso de Guana para desembocar en Chile por La Serena y tomar Coquimbo.

La división Cabot obtuvo su gran victoria en los llanos de Salala el mismo día que San Martín triunfaba y Chacabuco, el 12 de febrero de 1817.

Info: La Celda Histórica está ubicada en calle Laprida Oeste 37, en la Ciudad de San Juan y forma parte de los sitios del Pasaporte Sanmartiniano. Teléfono: (0264) 4230291 / 4221573 Interno 1. La entrada es libre y gratuita. Días y horarios: lunes a viernes de 9:30 a 13 y de 14 a 18. Sábados de 9:30 a 13.