Cristo Rey

Cinco detalles que hacen única a la parroquia Cristo Rey de Caucete

La Parroquia Cristo Rey es la iglesia principal de la Ciudad de Caucete, ubicada en calle Diagonal Sarmiento frente a la plaza departamental, y es parte del Camino de Fe, el nuevo circuito turístico propuesto por la Municipalidad de Caucete.

Se trata de un edificio con detalles que lo hacen único.

Víctor Hugo Gallardo, quien fue párroco de Cristo Rey, contó en un carta del lector publicada en Diario de Cuyo, que los orígenes de la parroquia se remontan a 1872, cuando fue calificada como vice parroquia, con jurisdicción en Caucete, 25 de Mayo y 9 de Julio.

En 1878, por un decreto de monseñor José Wenceslao Achával se creó como parroquia, al producirse el desmembramiento de la Iglesia de Angaco, y es nombrada bajo el título de «Nuestra Señora del Carmen” con sede en Villa Independencia, según consta en el acta del obispo José W. Achával.

Altar de Cristo Rey

“En razón de la importancia que adquiere la Villa Colón, se declara como sede de las autoridades civiles, el 17 de octubre de 1917, y es monseñor Américo Orzali quien ordena el traslado de la sede parroquial de Villa Independencia a la actual Ciudad de Caucete”, dijo Gallardo.

El párroco también contó que la imagen de Cristo Rey, de 1,70 de altura y tallada en madera, se encontraba en el altar mayor del templo y fue bendecida por monseñor Marcos Zapata en 1940.

El fundador de la Villa Colón, José María de los Ríos, junto a su cuñado, el fraile dominico Antonio Keller, construyeron el primer oratorio al lado de su casa, como era la costumbre de la época.

El edificio actual fue inaugurado el 17 de octubre de 1968. La obra se había iniciado en 1960 a instancias del padre Ricardo Báez Laspiur, promotor de la construcción del magnífico templo.

Techo de cemento crudo e iluminación natural.

Detalles que la hacen única

Arquitectura

Los arquitectos Marcelo Soria y Lisandro Vinzio explicaron que el estilo arquitectónico de Cristo Rey es el Brutalismo, que tuvo su auge en las décadas del ’50 y ’60 y que proponía el uso del hormigón o ladrillo vistos, sin lucir ni pintar; formas geométricas angulares y a una paleta de colores predominantemente monocromática.

“El arquitecto de Cristo Rey sin dudas tuvo una notable influencia del arquitecto Le Corbusier, quien diseñó la capilla de Notre Dame du Haut en Ronchamp, Francia, cuyo techo con forma de quilla de barco, por la simbología de la barca de la iglesia, se ve la influencia directa en el techo de Cristo Rey”, señaló Soria, Doctor en Arquitectura y profesor en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNSJ.

Capilla de Notre Dame du Haut en Ronchamp, Francia, del arquitecto Le Corbusier,
Cristo Rey

Soria señaló que otro referente de este estilo en San Juan es la Iglesia Catedral de la Ciudad, teniendo en cuenta que (aunque esté pintada) conserva los colores de los materiales originales.

Soria aclaró que si bien se ha investigado la arquitectura religiosa del Gran San Juan, no se llegó a los departamentos alejados, es por eso que la de Caucete es una iglesia que aún no se investigó en profundidad.

Por su parte, Vinzio contó que “más allá del imaginario popular y la forma de arca atribuida a su diseño, su estilo es brutalista. Cuando la conocí me sorprendió mucho su arquitectura, muy trabajada y sofisticada en detalles y duele un poco la restauración, la quisieron mejorar pero no se asesoraron”.

Para Soria es necesario tener en cuenta que las intervenciones en edificios, sus modificaciones, están influenciadas por corrientes del momento. “Si esto se hizo hace poco estuvo salpicada por la corriente del contextualismo, que busca ubicar las obras en su contexto cultural, histórico y geográfico, por tanto, no es raro que se usara material de la zona como las piedras”.

Detalle del antiguo piso de la parroquia.

Atrio

El atrio de la iglesia guarda dos tesoros: a la derecha se ubica parte del altar de mármol de la iglesia antigua, que se cayó con el terremoto del ’44; y a la izquierda hay un detalle del piso original de piedra laja.

Detalle del viejo altar de mármol.

Piedras

En el año 2018 comenzaron los trabajos de remodelación y refuncionalización de la parroquia que incluía cambio de puertas de ingreso y del pasillo de acceso; reemplazar los vidrios de los ventanales y renovación total del piso.

También se realizó el enlucido de muros internos y el cierre de tres de las cuatro hornacinas (huecos en las paredes para imágenes religiosas) y su revestimiento con piedras del cerro Pie de Palo.

Por entonces, el párroco Martin Nacusi explicaba la simbología de la piedra: “así como dice San Pedro: ‘todos somos piedras vivas’ y vamos siendo integrados todos a la Piedra Angular que es Cristo en el Altar para formar todos los bautizados un Templo Espiritual”.

Con esta idea, los fieles cauceteros podían escribir sus nombres en las piedras que luego fueron colocadas en los laterales del altar.

Piedras del Pie de Palo se colocaron en todo el interior de la iglesia.

Cripta

José María De los Ríos falleció en 1916 y sus restos fueron sepultados en el cementerio de la Ciudad de San Juan, pero en 1972 fueron trasladados a Caucete junto a los de su esposa, Vicenta Luisa Keller. Hoy se ubican en una cripta ubicada a la derecha de la entrada principal del templo Cristo Rey.

Cripta de De los Ríos, al lado de la parroquia.

La imagen de Cristo Rey

Una investigación realizada por María Eugenia López Daneri señala que en el interior del primer oratorio se colocó “la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que el Reverendo Padre Luis Naón le obsequiara a De los Ríos en nombre los padres Lazaristas (…) y que hoy se conserva en la Iglesia Cristo Rey”.

Alejandra Villagra, presenta esta semana el libro “Un corazón de Rey, historia de Cristo Rey de Caucete” donde cuenta que la imagen que se encuentra en la parroquia Cristo Rey es la misma que se colocó en el primer oratorio.

El libro se presenta el viernes 25 de octubre a la hora 19, en el Salón Cultural Samuel Goransky, Caucete.

Mientras que la denominación y celebración de Cristo Rey no muy antigua dentro de la Iglesia Católica, fue introducida en el calendario litúrgico en 1925 por el Papa Pío XI, con la encíclica Quas primas.

El Pontífice se encontraba a punto de clausurar el año jubilar en medio del creciente nacionalismo secularista que surgió tras la caída de los reinos europeos después de la Primera Guerra Mundial. En ese contexto, decidió instituir la solemnidad para destacar a un Rey “cuyo Reino no tendrá fin”.

La imagen de Cristo Rey.