Colangüil, Don Vega y el manzano ¿histórico?

Algo que en los últimos años han repetido los folletos y las reseñas turísticas de la provincia de San Juan es que en Colangüil se encuentra el “manzano histórico”, un árbol bajo cuya sombra habría descansado el presidente de la Primera Junta de Gobierno de 1810, Cornelio Saavedra.

Destino San Juan se ocupó ya de esa historia que cuenta cómo Saavedra llegó a vivir unos años en la provincia, después que fuera perseguido desde Buenos Aires y protegido por San Martín.

Sin embargo, en Colangüil don Eugenio Tito Vega, de 71 años, nacido en la zona y vecino de la plazoleta donde se colocó un busto de Saavedra y donde está el manzano, puso en duda que Saavedra hubiera descansado alguna vez bajo sus ramas.

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Plazoleta en honor a Saavedra donde está el manzano histórico

La lógica de Vega es simple: “ningún manzano podría vivir 200 años”.

Según la página es.calcuworld.com, un manzano bien cuidado puede vivir unos 80 años y excepcionalmente pueden llegar a cumplir un siglo.

Otra fuente consultada, gtush.com, señala que el manzano tiene una longevidad de 20 años cuando es sembrado por injerto, y 100 años cuando se cultiva mediante su semilla.

Y para reafirmar lo anterior, la página saberia.com asegura que los manzanos y cerezos suelen alcanzar los 100 años de edad. Pero nunca en doble.

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En junio de 2021 el manzano histórico conservaba la última fruta de la temporada.

“Yo hice la primaria en la escuela vieja, el maestro era el señor Vedia, de Jáchal, que nos contó la historia de Cornelio Saavedra, que estuvo refugiado en la casona de Montaño, al menos dos meses estuvo acá, fue a chile y volvió por acá también”, contó Vega.

Luego relató que desde el municipio pidieron a los dueños que donaran tierra para hacer un monumento donde estuvo viviendo Saavedra, pero no les quisieron donar en esa zona, donde aún existen restos de la casa.

Luego, Petrona Montaño donó el terreno  donde se hizo la plazoleta en homenaje al prócer, que es donde está el manzano que goza de buna salud con frutas a la vista y que ya tendría más de 200 años.

“Nunca puede haber comido una manzana de este árbol porque ningún manzano puede vivir 200 años, que son los años que pasaron desde que Saavedra estuvo en Colangüil. Le pusieron manzano histórico de Saavedra pero donde él estuvo es más allá, donde aún están las ruinas de la casona”, aseguró Vega.

Pueblo agrícola y Patrimonio Cultural

Por Ley Provincial N° 1459-F sancionada en 2016, la legislatura sanjuanina declaró Bien Integrante del Patrimonio Cultural de la Provincia al Pueblo de Colangüil, ubicado en el departamento de Iglesia, que tiene unos 70 habitantes.

Destacándose las ruinas del casco de la Estancia de la Familia Montaño, el Manzano Histórico, la Iglesia de San Isidro Labrador, las Ruinas de la Antigua Escuela Rural y las viviendas rurales vernáculas.

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La misma norma designó al paraje denominado Las Juntas como Sitio Arqueológico, lugar con evidencias de la Cultura Angualasto.

Por otra parte, por iniciativa de los senadores Rubén Uñac y Daniela Castro, en el año 2014 se presentó un proyecto en el Congreso Nacional para declarar Monumento Histórico Nacional a las ruinas del antiguo casco de estancia de la familia Montaño, en Colangüil.

“La presente iniciativa parlamentaria propone reconstruir y preservar el sitio de la casa principal de la estancia de los Montaño en Colangüil, clasificándolo como Monumento Histórico Nacional. En él Don Cornelio Saavedra vivió horas de desasosiego, allá por los albores del movimiento libertario de nuestro país”.

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La iniciativa también menciona el “manzano histórico”.

A Colangüil se llega desde Angualasto por Ruta Prov. 407, un camino amplio y consolidado, en muy buen estado.

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Vega contó que Colangüil es un pueblo agrícola, donde la vida es sacrificada, se vive de la siembra de poroto chala rosada, alfalfa, nuez, “todo se da muy bien”. También de la cría de vacas, cabras y ovejas.

Hace algunos años, una gran creciente rompió el canal que recoge agua de deshielo y tuvieron que reconstruirlo. “Antes se sufría mucho más, la gente iba a lavar al ‘agua de la avispa’, cerca de Angualasto”, contó.

Colangüil mantiene la magia de los pueblos de interior, lejanos, casi dormidos, pero nunca olvidados.

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