Como una sucesión de imágenes oníricas, aparecen las catedrales de tierra en la ruta de trekking hacia el Valle Encantado, en la localidad de Mogna, departamento Jáchal, y no alcanzan los ojos para atrapar semejante obra de arte de la naturaleza.
Cerros ondulantes de barro en capas asimétricas reposan sobre laderas de arcilla estriadas por el agua. Respirar su tierra y sus silencios, abrazar el desierto, intuir su pasado, es parte del viaje.
A mitad de camino, un arco de barro permite el paso. Más allá, un gigante de arcilla parece observar todo. No se ven pájaros, casi no hay vegetación, solo la huella de un puma nos indica que otros pisaron antes el mismo suelo.
Las geoformas del lugar, que parecen catedrales góticas, se repiten por docenas y muchos se animan a decir que este lugar nada tiene que envidiarle al Valle de la Luna, al menos en belleza paisajística.
Viento y agua trabajaron miles de años para formar este valle, sus cerros tallados y sus planicies que hoy son desierto de arena, tierra y piedra maciza.
Un grupo de 30 personas, guiado por los expertos de Kuntur Trek, salió pasadas las 9 de la mañana para recorrer los 120 kilómetros desde la Ciudad de San Juan por RN Nº 40 hasta la RP Nº 475, el acceso a Mogna (a la derecha viniendo de la Ciudad).
El punto de inicio del trekking está señalizado, unos 12 kilómetros antes de llegar a la villa de Mogna.
El circuito
Son cuatro horas de caminata sin dificultad, salvo por una bajada abrupta en la que hay una escalera que permite realizar todo el sendero. Pero una vez adentro no hay señalización, lo que hace imprescindible la presencia de los guías.
Algunos pasajes entre murallas de piedra de al menos 30 metros de alto, dunas, salinas, barreales, completan paisajes que ya deberían ser famosos en el mundo por su belleza.
El grupo es de lo más heterogéneo: una familia con su nena de 5 años, otra en la que van tres generaciones (abuela, hija y nieta de 10 años), adultos mayores y jóvenes.
En el inicio, el guía Raúl Romarión reúne a los trekkineros para darles las primeras recomendaciones: beber abundante agua durante el camino (como mínimo 1 litro y medio), ponerse protector solar, y usar gorra.
Después de dos horas se llega al Valle Encantado donde se almuerza algo liviano (la fruta es importante) y quienes tienen ganas pueden subir un médano cercano de unos 20 metros de alto.
Un cañadón en una de las formaciones es el elegido para la foto grupal. La marcha se retoma para bordear el Río Jáchal y disfrutar unos minutos del paisaje y del bálsamo que significa el agua después de tanto desierto.
El regreso a las movilidades ofrece unas postales muy diferentes a las del camino de ida: el cambio de ángulo y de la luz del sol lo convierten en un recorrido totalmente nuevo.
Mukina, Moquina, hoy Mogna, que en quichua significa: Mo: movimiento, qui: suciedad; y na: agua o río; por lo que Moquina es “río de agua sucia”, según Rogelio Díaz.
Estudios de Mogna
“Descripción geológica de la hoja 19 de la provincia de San Juan” (1984) es el informe publicado por el Servicio Geológico Nacional y realizado por A. J. Cuerda, C. A Cingolani, R. Varela y O. C. Schauer.
Los trabajos de campo fueron realizados en el transcurso de cuatro campañas iniciándose la labor en el verano de 1978.
“La región constituye un ejemplo de aislamiento geográfico y es inhóspita en casi toda su extensión. La única localidad es Mogna, vinculada por un camino provincial que se conecta con la ruta nacional Nº 40”.
Este documento señala que la Sierra de Mogna tiene una longitud de unos 80 km y un ancho promedio es de 15 km y que los suelos de la región pueden incluirse entre los rojos desérticos destacándose la presencia en superficie de un “pavimento desértico”.
La vegetación, mayormente arbustiva, deja al descubierto hasta un 75 % de la superficie y su capacidad de sustento es reducida, es por esto que los suelos son de escaso valor para pastoreo.
Agrega que en la depresión o travesía del Bermejo se destaca una vegetación halófila integrada por jume, zampa, vidriera, retamo y pichanilla. Algunas travesías presentan troncos secos de algarrobo y de chañar.
“Las aguas subterráneas analizadas son de mala calidad lo que descarta la posibilidad de este recurso, al menos en calidad y cantidad adecuada para uso indiscriminado en la región”, señala el informe.
Kuntur Trek: responsable, Raúl Romarión, teléfono 0264 – 4452345.
Precordillera Oriental
Otros investigadores publicaron “Paleoambientes y magnetoestratigrafía del Neógeno de la Sierra de Mogna, y su relación con la Cuenca de Antepaís Andina”.
Juan P. Milana, Felisa Bercowski y Teresa Jordán, realizaron este documento para el Instituto de Geología de la Universidad Nacional de San Juan.
En él señalan que la Sierra de Mogna o Móquina pertenece al sistema morfoestructural definido como Precordillera Oriental que se caracteriza por estructuras convergencia hacia el oeste.
“Se presenta un análisis preciso de la historia de acumulación del Neógeno de Mogna utilizando magnetoestratigrafía, dataciones absolutas, determinaciones de vertebrados fósiles y correlaciones con secciones vecinas”, señalaron.
El Neógeno es un período que abarca desde los 23 a los 2,6 millones de años. El término Neógeno es relativamente reciente y se refiere a lo que se conocía como Terciario Superior.
“Esta secuencia, la más completa de la cuenca de antepaís del Bermejo, evolucionó debido a dos fases tectónicas moduladas por cambios fisiográficos y climáticos.
Esto se debe a que presenta su base expuesta, un excelente afloramiento de toda la secuencia interrumpido por repeticiones tectónicas menores, y un techo muy joven, que, según el presente estudio, sería Pleistoceno”.
Varios investigadores han encontrado fósiles vertebrados y fósiles vegetales en la zona.
También existen estudios geológicos y geofísicos del subsuelo relacionados con la prospección de hidrocarburos y aguas subterráneas con resultados negativos hasta ese momento.
Otros estudios geológicos tenían focalizado el interés económico en la explotación de arcilla bentonita que aflora en el sector suroeste de la Sierra de Mogna.