El Primer Gobierno Patrio y la reacción de San Juan

El 25 de mayo de 1810 se creó el Primer Gobierno Patrio, la noticia llegaría a la provincia 23 días después, ¿cuál fue la reacción de San Juan?

Primero un poco de contexto.

En ese momento, el territorio nacional formaba el Virreinato del Río de la Plata, la máxima autoridad era un virrey que representaba al rey de España, a su vez, autoridad de las colonias españolas en América.

Pero en 1808, el emperador Napoleón Bonaparte invadió la Península Ibérica, destituyó al rey español Fernando VII y cedió el trono a su hermano José Bonaparte.

Para luchar contra Napoleón y su hermano, los españoles se organizaron y formaron diferentes juntas de gobierno en nombre de su rey, constituyéndose la Junta Central en Sevilla.

A principios de 1810 el ejército francés disolvió la Junta Central sevillana y ocupó plenamente el territorio español. Esta noticia llegó al virreinato por una fragata inglesa a mediados de mayo.

primera junta

Entonces, si el rey de España ya no gobernaba su país tampoco podía gobernar en las colonias americanas.

Este fue el germen del primer gobierno patrio en el territorio que hoy es Argentina.

“Aunque las nuevas autoridades siguieran invocando en todos sus asuntos el nombre de Fernando VII,  so pretexto de que era necesario servirse en los primeros momentos para dar un desarrollo completo al plan que estaba en la cabeza de los jefes de la revolución y en el corazón de todo el pueblo”, señaló Nicanor Larraín en su libro “El país de Cuyo” (1872).

Primer Gobierno, no tan fácil

Los más jóvenes se habrán quedado pensado que fue un error de tipeo: ¿23 días después se enteraron en San Juan de la formación de la Primera Junta Gubernativa del Río de la Plata?

Bueno, sí, por entonces la única forma de hacer circular una noticia era a caballo, aún no existía el telégrafo, mucho menos el Whatsapp.  

cabildo

En “Historia de San Juan” (1966), de Carmen Varese y Héctor Arias, relataron que al día siguiente del 25 de mayo en una breve proclama la Junta informa su razón de ser a las provincias de su mando, era indispensable contar con ellas.

El 27 de mayo se dio a conocer en forma impresa una nota circular resumiendo los sucesos de lo que hoy conocemos como Semana de Mayo, y en esa nota se pedía acatamiento a las nuevas autoridades para mantener la unidad de los pueblos.

Además, contaban sobre la comisión de 500 hombres al interior para mantener el orden y por último se solicitó la elección de un diputado por provincia.

“Las circulares llegaron a la ciudad de San Juan el 17 de junio traídas por el correo general. Ese mismo día llegó desde Córdoba, remitida de ‘posta en posta’, una nota del gobernador intendente Juan Gutiérrez de la Concha”. Esa nota traía otra postura.

Los españoles no estaban dispuestos a ceder tan fácilmente la supremacía que tenían en las tierras del Nuevo Mundo.

El “partido español” comenzó a conspirar como en Córdoba, Potosí y Chacras, organizaron medios de resistencia como en el Paraguay y Montevideo que reconocieron el consejo de regencia de la monarquía.

¿Y San Juan?

“El grito de mayo fue recibido en Cuyo con perplejidad y no sin cierta inquietud. Únase a ello las contradicciones emergentes de las comunicaciones de la junta de Buenos Aires y las que se recibían de la autoridad natural la intendencia realista (españoles) de Córdoba”, según se relató en el “Manual de San Juan” (1960).

La proclama que pedía a San Juan y Mendoza un reconocimiento a la Junta de Gobierno y solicitaba la elección de un diputado que representara al pueblo ante el Congreso General, llegó, como se dijo, el 17 de junio y fue recibida por Plácido Fernández Maradona, alcalde de Primer voto.

Pero al mismo tiempo, el alcalde recibía correspondencia desde la Intendencia de Córdoba de parte del gobernador intendente Juan Gutiérrez de la Concha. Este, rechazaba la Junta de la Revolución porteña, situación que generó incertidumbre con relación a quien se debía apoyar u obedecer.

Un excelente resumen realizado por profesionales del Archivo General de la Provincia, relató que  el 18 de junio fue convocada una reunión secreta para decidir a quién apoyar.

“Ninguna decisión apareció. No obstante, ese día convocaron e indicaron disposiciones para la festividad de San Juan Bautista, Patrono de San Juan de la Frontera, en el documento aún se firmaba “(…) para el Reyno de Sr. D. Fernando 7 Año de 1810” (AGP – Fondo de Tribunales, 1810).

Siempre en secreto, el 20 de junio el Cabildo mantuvo una reunión con el abogado del pueblo y enviaron una nota a Mendoza para saber el panorama en esa ciudad.

Sociedad dividida

“La sociedad sanjuanina estuvo dividida ante una carta llegada desde Córdoba el 4 de julio. El gobernador intendente de esa ciudad había jurado lealtad al Consejo de Regencia de Cádiz y su Cabildo respondía a la Junta porteña.

En nuestra localidad, las principales familias quedaron divididas en tomar postura a favor del Rey (los Gómez, Jofré, Castro, Godoy, y otros) y los que estuvieron a favor por la ciudad rioplatense (los Oro, Sarmiento, De La Roza, Aberastain, Del Carril, entre otros)”.

A fines de 1810 se convoca a un Cabildo abierto que decidió reconocer como autoridad a la junta de Buenos Aires, como sucesora legítima de la autoridad virreinal y se elige también una junta subalterna de gobierno

En el mismo resumen, escrito en base a documentos de la época que se conservan en el Archivo, relataron que en julio se convocó a los vecinos a reunirse a un Cabildo Abierto el día 7 de julio. Asistieron 73 asambleístas, y luego de debates surgieron las conclusiones.

Sin documentos

En su libro, Varese y Arias señalaron que “es una lástima no contar con la publicación de los acuerdos del extinguido Cabildo de San Juan de la Frontera, como lo tiene Buenos Aires y la mayoría de las ciudades”.

Entonces, para reconstruir este paso fundamental de la historia de la patria chica, los historiadores  recurrieron al diario La Gaceta y a la Biblioteca Fundamental.

La publicación del diario decía: “Estando de antemano adornada de asientos la sala capitular habiendo cesado la seña algo más de las nueve en que se dio una numerosa concurrencia…”

En la asamblea se leyeron los despachos de Buenos Aires y de Córdoba (de posturas opuestas) y por orden fueron tomando la palabra los presentes.

“El primero en hacerlo fue el padre Pedro Fernández, prelado de la orden de los predicadores de Santo Domingo, quién aconsejó reconocer a la junta de Buenos Aires por ser la legítima autoridad como lo reconocía en oficio del mismo Cisneros. Así se fueron pronunciando los demás (…).

La adhesión a la junta fue mayoritaria: ‘su señoría la decisión del pueblo’; y así San Juan se plegó a la Gesta de Mayo”.