Fotorreportaje: Eclipse, el relato de un día mágico, en imágenes

Una mañana fría. Con -2° Bella Vista, a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar, recibió a los primeros visitantes en el predio que había dispuesto el Gobierno de la Provincia, a través del Ministerio de Turismo y Cultura, para la observación segura del eclipse solar 2019. El sol brillaba a pleno, como buen augurio, y la cordillera de Los Andes se impuso como la reina del Oeste en el departamento Iglesia.

Hashtag para la foto del recuerdo. Fue uno de los rincones más visitados y no quedó nadie que no se sacara la foto para el álbum. Una idea genial de los organizadores #EclipseEnSanJuan.

Otro must. Los telescopios de observación también fueron muy visitados. Con los filtros de rigor, se podía observar el sol y el proceso del eclipse como si estuviera al alcance de la mano.

Futbol y tierra en la previa. Los niños, que eran muchos, disfrutaron a pleno la jornada de sol jugando y revolcándose por el tierra que aunque fue regada esa mañana, se convirtió pronto en polvo.

Extranjeros, también para el recuerdo. La foto con los visitantes que llegaron de otros países se hacía obligatoria en algunos casos. Muy simpático el inglés dijo “gracias” en castellano.

Los food trucks. Fueron los primeros en ubicarse en el espacio destinado a la gastronomía y desde muy temprano empezaron a vender cerveza, sánguches de jamón casero, hamburguesas y otras delicias.

Comer cómodos. A la izquierda del predio se dispuso una enorme carpa con mesas y sillas para comer. A los costados, dentro de la carpa, se ubicaron los emprendedores sanjuaninos que vendían desde panchos y hamburguesas, hasta helados y masas iglesianas. Una delicia.

Muy preparados. Choripán al vino era la tentadora oferta y se anunciaba en varios idiomas en una pizarra para que todos pudieran acceder al más típico bocado argentino.

Para llevar a casa. La carpa de las artesanías también fue un gran éxito, allí los iglesianos mostraron sus habilidades para la producción de artesanías, alimentos y bebidas. Allí se podía encontrar desde cremas y fragancias artesanales y ecológicas, hasta tejidos, dulces, vinos, aceite de oliva y repostería de la zona.

El Ministerio de Turismo y Cultura entregó más de 10.000 anteojos especiales para ver el eclipse de forma segura, sin dañar la vista.

La mejor ambientación. Desde Buenos Aires llegó el dúo Sophos, integrado por Ulises Labaronnie y
 Maximiliano Ramos, que interpretaron la mejor música “espacial” en la previa del eclipse. Ulises (compositor y productor de Sophos) dijo que “fue un día mágico! El Eclipse fue sublime realmente!”.

Calor. Si, son cosas de la cordillera, en pleno invierno hizo calor a la siesta por el influjo del sol, la ropa molestaba y se vieron varias postales como ésta.

La mejor música. Camerata San Juan dio un mini recital en el escenario mayor donde cantaron Oscar Figueroa, Mili Yacante y la soprano Romina Pedrozo. La gente pidió más e hicieron un bis, pero quedó gusto a poco.

Un par conocido. Mochileros Astronómicos, el dúo de aficionados venezolanos que días antes pasearon por la Capital contando algunos detalles del eclipse de sol 2019, dijeron presente en el mejor lugar de la provincia para observar el fenómeno.

Lleno total. El predio preparado para el evento, de unas 4 hectáreas, se llenó de observadores de todas las latitudes del globo. Fue un día importante para algunos iglesianos que aprovecharon para vender algodones, bebidas y comidas.

Pasiones comunes. Varios grupos de aficionados a la astronomía del país llegaron a Bella Vista, como éste de Chubut.

Preparados… listos… En primera línea al Oeste se ubicaron los más profesionales y fanáticos con elementos de observación de última generación.

De Francia con amor. Eran tres los franceses ubicados con su cámara y un vino tinto con el que brindaron antes y después del eclipse.

El inicio. Una pantalla gigante ubicada en el escenario transmitió todo el eclipse y ofreció una imagen privilegiada gracias a los filtros que mostraron las dos figuras con total pureza. Gran conducción de Jorge Olivero.

Mascotas a full. Muchos sanjuaninos llegaron al predio con sus perros. El espacio permitía el disfrute del evento desde el piso.

Espiritualidad o redes. Cada uno vivió el eclipse a su manera. La postura del loto fue una opción, o compartirlo con amigos, todo en la misma escena.

Lentamente. A medida que el fenómeno en el cielo avanzaba, la luz mermaba y la temperatura bajaba. Muchos corrieron a abrigarse.

Imprescindibles. Sin anteojos especiales era imposible visualizar el avance del eclipse en forma directa.

Sombras extrañas. Ya los astrónomos había advertido que durante el avance del eclipse, el Sol transformaría las sombras haciéndolas exageradamente largas.

Ovación. Cuando la Luna completó el círculo del Sol, la gente ovacionó, aplaudió, rió y lloró de la emoción.

La noche en pleno día. A las 17,39 se hizo de noche y muchos sintieron el eclipse en todo el cuerpo. Era algo que casi no se podía describir, algo nuevo, mágico y extraño a la vez.

Vuelta a la luz. Apenas se corrió la luna volvió la luz y muchos comenzaron el regreso a la Ciudad antes de que terminara el fenómeno.

Fernando Ruiz Díaz, líder de Catupecu Machu, subió con su guitarra al escenario para cantar algunas de sus canciones, aún emocionado por la vivencia del eclipse “en el mejor lugar del mundo”.

Postal mágica. El Sol se veía aún raro y demasiado grande; y el polvo del predio en el aire ayudó a captar un momento asombroso. Algo que jamás se olvidará.