Casas Viejas: el pequeño paraíso donde viven siete familias

Casas Viejas es un lugar soñado en el medio del cerro Pie de Palo, el pequeño paraíso donde viven siete familias sanjuaninas. Ubicado a 31 kilómetros de Bermejo, se accede por una huella sólo transitable para movilidades 4×4 o a caballo.

huella a casas viejas
Hasta Bermejo se accede por ruta 141. En azul se marca la huella desde Bermejo a Casas Viejas.

Llegar allí es toda una aventura. La huella comienza sólida pero se va poniendo más difícil a medida que se avanza y por momentos el polvo, que parece talco marrón, no deja ver nada alrededor. Uno tiene la sensación de viajar en una nube extraña.

camino a casas viejas
El camino

Al llegar al poblado, el sol de mediodía pinta de amarillo furioso los álamos que contrastan con el ocre del cerro. Los ranchos, de adobe y caña, se mimetizan en esa tierra.

El cerro abraza las casas ubicadas en el centro de esa herradura natural, brindando protección ante vientos y lluvias intensas que fluyen por esa entrada sin quedar nunca estancada en la zona de las viviendas.

rancho
Vivienda de Casas Viejas

Un hilo de agua clara cruza el acceso y se pierde tierra abajo. El agua es la gran razón por la que los pobladores de Casas Viejas siguen allí, es agua de vertiente que el generoso Pie de Palo les aporta.

El agua se acumula arriba en dos enormes tanques de plástico, y abajo, en un pequeño reservorio, y se usa para todo consumo, humano y animal. Los pobladores dicen que el agua fue analizada por técnicos que llegaron al lugar y es de buena calidad. Tan buena, que los habitantes no la filtran, la recogen en botellones y la toman directamente.

Reservorio de agua de vertiente.
Reservorio de agua de vertiente

En Casas Viejas la gente vive sin tiempo. No hay señal de telefonía móvil por lo tanto casi nadie tiene celular, excepto un adulto que trabaja en Caucete, a 76 kilómetros de distancia desde Bermejo, pero a 104 kilómetros desde su hogar.

Allí, las siete familias, de apellidos Gallardo, Ferreira y Saavedra (todos primos o hermanos), suman 30 personas de las cuales 16 son niños.

Los niños de Casas Viejas
Los niños de Casas Viejas

Hasta hace 4 años no tenían escuela y los niños debían ir todos los días hasta Bermejo para aprender. Es por eso que sus abuelos son analfabetos, pero sus padres saben leer y escribir ya que cursaron hasta tercer grado, como en el caso de Mauricio Gallardo.

La economía de Casas Viejas

Todos viven de la venta de cabritos, actualmente tienen unas 150 cabezas, que generalmente se comercializan vivas, en Bermejo. Sin embargo, en la época de cosecha de uva, algunos hombres viajan hasta Caucete a trabajar, como Ubaldo Ferreira. Pero además él realiza artesanías de cuero para vender, lazos, bozales, cabestros, con la técnica que aprendió de su padre, Roque Ferreira.

chivo

“Aquí la vida es tranquila. Para el día de San Roque (16 de agosto) hacemos fiesta y viene mucha gente. Mi papá hace doma, yo vendo bebidas y sánguches de milanesas, pasteles de jabalí que cazamos en el monte con dos perros manto negro”, contó Ubaldo a Destino San Juan.  

Las mujeres son las encargadas de la economía doméstica, niños y adolescentes ayudan en el cuidado de cabras, y entre todos mantienen la huerta que les aporta la verdura de cada día. Esto, gracias al programa ProHuerta del INTA, que en 2010 llegó a Casas Viejas con semillas y saberes para todos ellos.

Las mujeres son las encargadas de la economía familiar
Las mujeres son las encargadas de la economía familiar

Precisamente, fueron esos técnicos del INTA los que advirtieron la necesidad de educación de la comunidad, pero la escuela llegó recién en el 2016 como un anexo del establecimiento de Bermejo llamado República Argentina.

Antes de esa escuela, que funciona en un módulo habitacional al igual que la casa para la docente, algunos niños asistían a la escuela de Bermejo, pero la distancia y la dificultad del camino hacían que solo la tarea de llegar fuera casi insostenible.

la escuela
La escuela, un anexo del establecimiento República Argentina

En la escuela la docente trabaja 10 días seguidos y descansa 5.

Los jóvenes que quieren seguir estudiando en la escuela secundaria se van a San Luis, donde asisten a una escuela albergue de lunes a viernes.

La energía eléctrica llegó al pueblo en septiembre de 2011, cuando mediante un programa nacional  colocaron paneles solares en cada vivienda. Pero esa generación eléctrica solo alcanza para tener luz de noche y televisión, no es suficiente para heladeras ni electros que consumen mucho.

Energía generada por paneles solares
Energía generada por paneles solares

Desde hace dos años, todas las viviendas cuentan con calefón solar gracias a una prueba piloto también de un organismo nacional.

“Hay un calefón solar en cada casa, funciona hermoso el calefón”, dijo Mauricio. Y si bien algunos tienen cocina a gas, cuando la garrafa se termina se cocina en fogón con leña.

Calefón solar
Calefón solar

También hay cerdos y gallinas con sus pollitos recién salidos del cascarón. Los dos abuelos cobran jubilación y pensión, y algunas madres, la Asignación Universal por Hijo.

pollitos
Otro sustento familiar, gallinas y pollos

Una semana lejos de la familia

Mauricio Gallardo, nacido y criado en Casas Viejas, contó que su padre se vino desde Chile a trabajar a San Juan en la década del ’50. Allí conoció a Juana Saavedra, y se aquerenció en ese paraje donde nacieron sus siete hijos y después sus nietos.

Gallardo contó que trabaja en Caucete de lunes a viernes, se va el domingo a la noche y vuelve el viernes en la noche. Trabaja en la construcción de módulos y ahora realizan una obra en el Penal de Chimbas.

Mauricio Gallardo
Mauricio Gallardo

Sobre la posibilidad de vivir en Caucete para estar más cerca del trabajo, Mauricio dijo que su vida está en Casas Viejas. “Tengo todo aquí, claro que se me complica con las hijas grandes que quieren ir a la escuela, pero yo tengo todo acá”.

Gallardo es uno de los pocos adultos de Casas Viejas que aprendió a leer y escribir, fue hasta tercer grado cuando un docente voluntario iba hasta la zona para enseñarles.

Luego contó que en 15 días empieza el tiempo del chivo para vender, ya que para entonces tendrán el peso ideal. “Nos damos vuelta con eso y compramos la mercadería para un mes y también con lo que voy ganando yo. Esas compras llegan desde Bermejo hasta acá generalmente en carretela ya que un flete desde Caucete nos cobra 5.000 pesos y desde Bermejo, 2.000 pesos”.

la casa Gallardo
Al fondo, la casa de los Gallardo
Emergencias de salud y otras

En Casas Viejas las emergencias se toman con calma. No hay ambulancias que lleguen hasta allí y lo único que pueden hacer es bajar en moto al accidentado (el otro día se clavó un palo uno de los hijos de Ubaldo) y llevarlo al hospital desde Bermejo en ambulancia.

En febrero de 2020 se quemó la casa de Mauricio, de adobe con columnas y techo de caña. El transformador de los panales reventó, cayó en una cama y se quemó todo; perdieron casi todos los muebles de dos dormitorios y del comedor.

La Municipalidad de Caucete ayudó con colchones y prometieron volver con palos y cañas para el techo pero llegó antes la pandemia y retrasó la ayuda.

San Juan sobre ruedas
Movida solidaria de San Juan sobre Ruedas en Casas Viejas. Junio 2020

El origen de Casas Viejas

Juana Saavedra sabe que tiene más de 70 años, es analfabeta. Dijo que nació en Ampacama y llegó a Casas Viejas con su padre, a quien el primer poblador le había entregado un pedazo de tierra.

Juana Saavedra
Juana Saavedra

Un hombre de apellido Sava (no recuerdan su nombre de pila) fue el primero en asentarse en el lugar, también criador de cabras. Por eso el asentamiento está relacionado a la existencia de la vertiente y a la geografía, ambas brindaban condiciones óptimas para la vida de personas y ganado.

El origen del nombre tampoco está claro. Una versión señala que posiblemente, debido a la existencia de agua, cuando Sava se instaló pudo ver restos de un asentamiento aborigen, pero eso nadie lo ha confirmado.

Un olivo de unos 200 años parece guardar el secreto del origen de Casas Viejas.

El lugar conserva una construcción de piedra antigua, la única que soportó el terremoto de 1977, con epicentro en Caucete, el resto de las casas se cayó y las actuales fueron reconstruidas después de esa fecha.

casa de piedra
La construcción más antigua y la única que soportó el terremoto del ’44

Pero la referencia de Casas Viejas en mapas y manuales de San Juan tiene pocos años. En el libro de Pedro Ramírez, “Contribución a la historia geográfica de San Juan”, escrito en 1930, no aparece el nombre de este poblado, pero sí el de Bermejo.

El protector de los peregrinos

La pequeña capilla en honor a San Roque (patrono de los peregrinos) tiene unos 50 años y según contó Gallardo, el santo llegó ahí con Ferreira, quien lo llevó cuando se asentó en la zona.  

Capilla San Roque
Capilla San Roque

En Casas Viejas los niños no pelean por la única bicicleta donada, los adolescentes no piden un celular nuevo, las mujeres (todas amas de casa) dan a luz en su hogar y no están preocupadas por ningún lavarropas; y los ancianos se levantan a las 10 de la mañana porque antes “hace mucho frío”. Lo que para muchos citadinos puede ser una vida dura, para ellos es una vida tranquila.

Antes de partir, antes de que se oculte el sol para poder ver la huella, la abuela Juana le toma el brazo a la cronista y le dice en voz baja: “un nylon le pido, para la casa de mi hijo”.

Como dijo el Iluminado: “No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita”.

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