tonada

La tonada cuyana, bajo la lupa

En el repertorio de todo folclorista cuyano no puede faltar la tonada, esa canción melancólica que no se baila y que bien sabe llegar al corazón.

Por eso los que saben señalan que la tonada es un género folclórico musical, no coreográfico, que revela sentimientos a través de sus letras.

Los investigadores coinciden en que la tonada cuyana proviene de la tonadilla española que reconoce elementos de filiación andaluza y raíces árabes.

La canción andaluza llega a América con la conquista hispánica y aquí se acopla con el Yaraví, expresión típicamente americana, lo que dio origen a un producto cultural hispano-criollo, un verdadero mestizaje cultural.

Se ha desarrollado en diferentes países de Hispanoamérica como Argentina, Chile, Perú, Bolivia y Venezuela.

En Argentina, la tonada es una expresión musical característica de la región de Cuyo, San Juan, Mendoza y San Luis, pero que también se la ubica en La Rioja y La Pampa.

En su interpretación, el canto es realizado comúnmente a dos voces y en ocasiones a solo, y es acompañado únicamente por instrumentos de cuerda como guitarra, guitarrón y requinto.

La modalidad más tradicional es la ejecución de guitarras punteras en dúo de terceras paralelas, que pueden ser acompañadas por otra guitarra, guitarrón o requinto.

Actualmente son comunes los conjuntos integrados por varias guitarras, siendo una de ellas afinada más grave de manera que cumpla el rol del guitarrón.

Formas literarias

Un estudio realizado por Raúl Chuliver señala que la tonada es el dialecto sonoro de Cuyo, tomó ciudadanía y vino a América para adornarse con los mil melismas de una tierra nueva y fue «triste», «estilo» o «tonada», según su madrinaje con el medio geográfico y humano que encontró en su andar.

Tuvo formas literarias de décimas, octavillas, sextilla, quintilla y cuarteta. Una de las formas más populares de la tonada cuyana fue la cuarteta y la de quintilla, que estaban al alcance de cualquier cantor y se cantaban en todos los estratos sociales, acompañadas de rasguido en tono y dominante.

La antigua cuarteta y quintilla tenían varias formas de repeticiones o bises. Se podía repetir desde un verso hasta los cuatro, y de manera no uniforme, excepto cuando se repetían los dos primeros versos y los dos segundos.

Casi siempre se cantaban los tres primeros versos, a veces con un cogollo, pero otras veces no. Hay tonadas que han sido dictadas hasta con nueve o diez versos, con tonadas populares o de su creación.

Tonada cuyana

En Cuyo tomó giros melódicos, desinencias cadenciales y ritmos propios.

El pianista y compositor mendocino Alberto Rodríguez, recorrió las provincias de San Juan y Mendoza recogiendo de boca del pueblo la tonada cuyana.

Hombres cultos amantes del folklore musical conservaban las letras de las canciones en cuadernos fechados muchos en el siglo XIX.

«Manual del Folklore Cuyano» es una obra de Alberto Rodríguez y Elena Moreno de Macia, según el cual las letras de las tonadas se elaboraban casi todas con verso octosilábico.

Estas podían cantarse con estribillo o sin él. Muchas veces, los cantores pasaban de una estrofa a otra. Así se transmitía y así se popularizaba.

Con la tonada se homenajea al otro, es un género que se dedica. El «cogollo» reúne los versos de improvisación para agradar al destinatario.

Las letras

El mismo documento señala que en la parte literaria, en las viejas tonadas cuyanas, era el hombre el que le cantaba a la mujer.

Los temas abarcaban desde la declaración de amor, la descripción amorosa de una mujer, otras con elogios muy sentidos, composiciones especiales para serenatas, cantos amorosos de espera, de sufrimientos o nostalgias de ausencia.

También versos que se refieren a sospechas de la mujer amada por infidelidad o por la partida de esta que lo deja, por lo general para irse con otro hombre.

En sus versos expresan separaciones amorosas por varias circunstancias. En casi todas sus composiciones está la actitud del hombre que se retira cuando su amor no es correspondido y prefiere llorar y lamentarse en soledad.

Aquí para Alberto Rodríguez está la influencia árabe andaluza, por la presencia de muchos tipos de melismas, y también la influencia de ciertos rasgos del Romanticismo.

También es importante señalar que, al ser una expresión popular que se transmite y se modifica, muta de manera permanente; intervienen múltiples formas de creación y expresión de acuerdo al ambiente de cada colectivo, que modifica a veces radicalmente toda expresión espontánea.

También se cantaron tonadas en forma de cuartetas y quintillas de carácter filosófico, con respecto a la vida, al amor.

La tonada cuyana fue declarada patrimonio inmaterial provincial en San Juan, ya que a través de su poesía, música y canto y la forma en que se expresa y socializa, trasmite rasgos fundamentales de la identidad cuyana y contribuye al acervo cultural de la identidad nacional.