Palabras heredadas del quechua que usan los sanjuaninos

Cuando un sanjuanino habla de sopaipillas o dice poto o achuras a un porteño, seguro no   entiende nada. Eso es porque está usando palabras heredades del quechua que usan los sanjuaninos (también en Mendoza y Chile) pero que no las conocen en otras provincias.

Aunque el huarpe es el pueblo originario de esta tierra, cuando llegaron los españoles (1562) los incas ya habían dominado estos pueblos, hasta el río Diamante en Mendoza, y toda la cordillera y precodillera de San Juan.

Esto significa que además de imponer un orden político y autoridad, los incas dejaron su cultura y con ella su idioma a los huarpes, que obviamente ya tenían su propio idioma, el allentiac.

Los incas abandonaron su dominio sobre la región cuyana cuando los españoles conquistaron su imperio.

La lengua de los huarpes de San Juan, el allentiac, no logró subsistir como lengua viva entre los descendientes. ¿Por qué?

Los huarpes fueron llevados a trabajar a Chile, lo que casi produjo la desaparición del pueblo. Después, en  el siglo XIX, fueron perseguidos y diezmados por las políticas nacionales.

“No nos cortaron la lengua pero si nos cortaron la palabra. Hay palabras que quedan y las usamos como Colchagual que es ‘hombre que cuida el agua’, pero cólchagual (con acento) es la nutria.

Pero éramos perseguidos y por eso los huarpes tuvimos que dejar de hablar y cambiar nuestros nombres para poder subsistir”, relató María Zalazar, jefa de la Comunidad Huarpe Cacique Colchagual.

Para salvar la vida perdieron su lenguaje, aunque no del todo.

El aporte de Michieli

“El idioma huarpe dejó entonces también de hablarse y fue olvidado transformándose así en una verdadera lengua muerta de la cual sólo han perdurado algunos valiosos indicios en la obra del jesuita Luis de Valdivia”, señaló Catalina Teresa Michieli en su obra “Millcayac y allentiac: los dialectos del idioma huarpe”, editado en 1990 por la UNSJ.

Luego, mencionó que las obras del padre Valdivia fueron impresas en Lima en 1607: “Doctrina cristiana y catecismo en la lengua allentiac, que corre en la Ciudad de San Juan de la Frontera, con un confesionario, arte y vocabulario breves”.

Michieli destacó que el mismo Valdivia decía que su obra no era totalmente adecuada para obtener un conocimiento completo del idioma huarpe, pero sí suficiente para el fin propuesto que era la catequización de este pueblo.

 “Afirmaba también que su propio conocimiento de ambos dialécticos era escaso y hubiera preferido haberlos ejercitado más antes de publicar las obras, pero por la gran necesidad que existía de las mismas lo hacía en ese momento”.

Otros investigadores creen que Luis Valdivia nunca pisó Cuyo y que aprendió el idioma de los huarpes que fueron deportados a Chile.

Edgar Echenique, de la comunidad huarpe de Pie de Palo, dijo: “La sangre existe, el huarpe no ha muerto, hemos sido colonizados, hemos perdido nuestra lengua, pero hay costumbres que mantenemos”.

Todo esto para entender por qué los sanjuaninos  no han heredado palabras en la lengua de los huarpes.

El quechua que rescató Larraín

Cuando en 1872 Nicanor Larraín redactaba sus investigaciones de la historia sanjuanina, publicadas después de su muerte en el libro “El país de Cuyo”, dedicó la primera parte del apéndice al idioma de los huarpes y a las palabras en quechua que se siguieron usando.

“El huarpe, indebidamente apellidado allentiac que es vocablo exótico usado por las razas extranjeras para designar al autóctono de la región que hoy se llama provincia de San Juan, fue el primitivo habitante del territorio”, señaló.

Luego aseguró que Valdivia, contemporáneo de la conquista, “estudiando su lengua cree que no estaban aún mezclados y nosotros también lo conjeturamos con las pruebas que en numerosos ejemplares obran en nuestro poder”.

También destacó que “el huarpe ha dejado escasísima raíz en el lenguaje actual nuestro, como no sucede con el quechua. Alguna vez se oye decir ha-he (nasal) para significar que ‘sí’; y de nombres propios apenas se conocen dos o tres como Tocota, Guanizuil y Riquillipunchiz (arroyo que corre en la estancia Acequión)”.

Palabras quechuas

A continuación, el glosario elaborado por Larraín en 1872, sin intervenciones. Nótese que en algunos casos se produjeron cambios gramaticales, por ejemplo, la h fue reemplazada por la g, como en el caso de ‘huanaco’.

 Aloja: bebida hecha de algarroba o de maíz.

Achura: intestinos y menudos de la res.

Aguaitar: espiar

Allallay: exclamación de dolor por golpes

Ampalahua: culebra de colosales dimensiones originaria de Cuyo

Añapa: bebida hecha de la fruta del algarrobo

Api: mazamorra de maíz.

Calcha: pieza de ropa o cama, cernejas de caballo.

Callascho: los restos de frutos dejados en la planta después de la vendimia.

Cancha: corral, lugar cercano abierto pero muy plano.

Capia: maíz blanco.

Caracú: hueso de la res que contiene médula.

Cimba: trenza de pelo que hacen las mujeres de sus propios cabellos, se llama también chapeca y crisneja.

Circa: vena o veta (minería).

Colcol: especie de búho, mayor que la lechuza.

Concho: borra, heces.

Cuchi: el cerdo y vocablo con que se le llama.

Cuncuna: especie de gusano que ataca a los vegetales.

Curcuncho: giboso, que tiene joroba.

Cutama: costal.

Chacra: casa de campo para hortaliza o labranza.

Carpa: tienda de campaña.

Chala: las hojas secas de la planta de maíz.

Chamal: manta con que los indios se cubrían el cuerpo.

Chancar: quebrar, reducir a pedazos, machacar.

Chañar: árbol.

Chambao: vaso de cuerno de vaca.

Charqui: carne seca poco salada en lonjas o pedazos delgados.

Chasca: el cabello revuelto de la cabeza, pelo enredado.

Chaucha: especie de papa y poroto.

Chicha: bebida hecha de uva.

Chifle: cuerno de buey dispuesto para llevar agua en los viajes.

Chilca: planta amarga.

Chihua: aparato de lazos, con o sin alma de madera, para cargar fruta, pescado, paja de trigo, etc. China: criada de servicio.

Con ch de choclo

Chingana: lugar de baile y por lo general de bebederaje.

Choclo: mazorca de maíz antes de su madurez.

Chiripa: lluvia con sol, lo extraordinario.

Chuchoca: el grano del choclo secado, se hace también de zapallo.

Chuchu: enfermedad del frío producida por las fiebres.

Chuchuy; exclamación de frío.

Chunchulli: cierta parte del intestino delgado de la res.

Chuse: tejido grueso de lana qué sirve para alfombra.

Chupa: bolsa de cuero de animal pequeño o cogote de avestruz.

Huaca: cementerio indio.

Huachi: trampita de lazos para coger aves, nombre que de un lugar de San Juan.

Huacho: huérfano.

Huahua: el niño lactante.

Huanaco: animal de la familia del camello, sin joroba.

Huano: estiércol.

Huasca: cuerda de cuero o cáñamo qué sirve para varios usos. Y huascazo es golpe dado con huasca.

Huayacca: talega, bolsa hecha sin costura de la piel del cabrito.

Huayna: mozo, mancebo que entra en la pubertad.

Huaccamayo: papagayo de los Andes.

Huincha o vincha: faja o cinta con que los indios se atan la cabeza para sujetar el cabello.

Ichona: hoz.

Ihuana: género de los reptiles saurios.

Jarilla: planta.

Kallampa: hongos.

Kallana: resto de un tiesto o vasija de barro.

Lechihuana: panal de miel.

Laucha: ratoncito.

Llama: animal de la especie del huanaco.

Llaucana: herramienta de minas.

Macana: arma consistente en un cilindro de madera que se hace funcionar como el garrote.

Mama: madre.

Malón: incursión de los indios.

Mati o mate: especie de calabaza, infusión que se bebe aspirando por una bombilla.

Maumillán: un juego que en Cuyo se llama las escondidas.

Mita: servicio forzado en las minas por tiempo determinado.

Melcocha: cocimiento del arrope hasta un estado de mayor viscosidad.

Molle: árbol del género esquino.

Ñaña: nombre con que se designa a la tía o hermana mayor de la casa.

Ñampa: antiguamente.

Con p de poto

Pachango: arrugado, aplicado a las frutas.

Papa: patata por la planta y el bulbo.

Pampa: campo llano.

Patay: pan hecho de la harina del fruto del algarrobo.

Patahua: ave acuática.

Payla: tacho de cobre.

Pichana: escoba.

Pichanga: bebida de uva.

Pichel: vasija de barro cocido para contener líquido.

Pirahua: embarcación india.

Pirca: pared de piedra amontonada.

Poncho: especie de manta con una abertura al centro por donde se saca la cabeza.

Poto: ano, asiento de minas donde había oficiales reales.

Poyo: especie de banco o asiento de adobe.

Pucho: sobra, especialmente la del cigarro.

Puma: animal parecido al tigre.

Quillay: árbol cuya cáscara macerada ataca las sustancias grasas.

Quillo quillo: arbusto cuyo fruto sirve como el quillay.

Quincha: tabique de caña o ramas cubierto de barro.

Quirquincho: el armadillo.

Sopaipilla: torta frita.

Tudcum: gotear, chorrear.

Tutuy: exclamación de dolor al quemarse.

Totora: especie de enea.

Yapa: añadidura.

Yol: especie de árganas de cuero en forma de cono invertido.

Yuyo: la hierba que espontáneamente sale en las huertas.

¿Cuál de estas palabras se siguen usando en tu familia?