Primera estatua de Laprida en la Capital de San Juan

La primera estatua de Francisco Narciso de Laprida se inauguró el 25 de septiembre de 1904, en la plaza que lleva su nombre en la Capital de San Juan.

Horacio Videla, en su “Historia de San Juan” (1962) señaló que esta estatua se demoró más de cuenta en realizarse, exactamente 16 años, ya que se había mandado a hacer junto con la de Fray Justo Santa María de Oro, ambos delegados por San Juan en el Congreso de Tucumán.

“Se produjo la reparación de una imperdonable desidia, rendir el homenaje decretado a iniciativa del ministro Ángel D. Rojas por una ley de 1888 en la gobernación de Federico Moreno, mandando erigir sendos monumentos a los congresales, cumplido en cuanto a Oro pero en mora con Laprida”, dijo Videla.

La obra, que se realizaría en bronce, fue encomendada al escultor Lucio Correa Morales, el mismo artista que había realizado la estatua de Fray Justo, la primera en colocarse en la provincia.

“Y ahí está sobre su pedestal de nativa piedra, en la plaza homónima de la capital sanjuanina, la figura del presidente del Congreso de la Independencia, inmolado en la hoguera de la guerra civil pero vivo en el corazón patrio”, decía Videla.

La caída de la estatua de Laprida con el terremoto de 1944.

En el terremoto de 1944 la estatua cayó de su pedestal y la foto es una de las más difundidas del desastre natural en el que se perdieron 10.000 vidas y los grandes edificios que le daban un aire colonial a la Capital.

Sobre el artista

Lucio Correa Morales

Según la página patrimonio.com.ar, Lucio Correa Morales (1852-1923) es considerado el primer escultor argentino, “una importante figura del arte y la docencia”.

Gracias a una beca otorgada por el gobierno de nacional pudo realizar estudios en la Real Academia de Bellas Artes de Florencia. Su estilo se enmarca dentro del realismo naturalista.

A su regreso al país fue profesor en la Escuela Estímulo de Bellas Artes y en la Facultad de Arquitectura. Tuvo alumnos de la talla de Curatella Manes y Zonza Briano.

“Entre sus obras más importantes están La Cautiva, el Monumento al Dr. Ignacio Pirovano, Ondina del Plata, ubicada en el Jardín Botánico de Buenos Aires.

También la estatua a Fray Justo Santa María de Oro, erigida en 1897 en la ciudad de San Juan, cuna del prócer; la estatua de bronce del doctor Francisco Narciso de Laprida, erigida en San Juan (1904)”.

La otra estatua

La obra de Lola Mora.

En 1929 fue colocada otra estatua de Laprida pero de mármol de Carrara, en el Parque de Mayo, realizada por la escultora Lola Mora. En 1950 fue donada al municipio de Jáchal que hoy la ostenta en la plaza de la villa cabecera, plaza 9 de Julio.

En esta obra se representa a Laprida joven, sin el bigote que luciría años después. Tiene un gran nivel de detalle en la escultura pudiendo apreciarse incluso los pliegues de sus medias.

Lola Mora nació en Tucumán y además de escultora incursionó en el urbanismo.

“Se destacó en espacios generalmente vedados a las mujeres de su época y fue la escultora argentina más halagada y discutida de los últimos años del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Su obra más conocida es la Fuente de las Nereidas”, según relata la biografía escrita por Patricia Corsani.