Santo Domingo: la joya que San Juan perdió

Un 6 de junio de 1908 se inauguraba la iglesia Santo Domingo, una joya que San Juan perdió en 1944 luego del terremoto que dejó a la ciudad sin sus más hermosos edificios.

La obra, de arquitectura barroco colonial, era una de las más bellas de la provincia y cita obligada de todos los visitantes que se quedaban enamorados de sus formas y sus detalles.

“Llama la atención el templo de Santo domingo, de 2054 metros cuadrados, el frente majestuoso imponente. Ofrece un aspecto gentil y agradable, las naves laterales constan de cada una o dos capillas separadas por arcos de medios punto, coronadas por cúpulas dotadas de linternas. La nave central ofrece una novedad, tiene un aspecto despejado y airoso…”, escribió un viajero en el diario La Nación de la Capital Federal.

Su historia comenzó junto a la fundación de San Juan, ya que los sacerdotes de la orden de Santo Domingo llegaron a América alrededor de 1510.

En San Juan, el solar destinado a esta orden figura en el plano de la ciudad fundada por Juan Jufré en 1562.

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Primer plano de San Juan de la Frontera

“Se designó para el convento de Santo Domingo la manzana de terreno del extremo suroeste. Pero al ser trasladada la ciudad por Luis Jofré en 1593, pasó a ocupar este convento la manzana situada al noroeste, a una cuadra de distancia de la Plaza Mayor”, según el texto del libro “Historia eclesiástica de Cuyo”, de monseñor Aníbal Verdaguer.

En el libro “Lugares históricos de San Juan” (1963), el historiador César H. Guerrero destacó que el primer convento de la ciudad de San Juan de la frontera, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, fue fundado en 1590 por el padre Antonio Garcés, quien fue su primer vicario.

En 1608, Roma lo aceptó como convento formal aunque no tuviese el número suficiente de religiosos, y nombró prior del convento al padre Lorenzo Durán.

Santo Domingo

Un lugar vital

Guerrero destacó la importancia histórica que tendría para San Juan esta orden (los dominicos) y este convento en particular. “De esta orden salió aquel fraile republicano que se llamó Justo de Santa María de Oro, diputado al Congreso de Tucumán y primer obispo de San Juan de Cuyo”.

Pero además, el convento sería el lugar de reuniones donde se definió la participación de San Juan en la gesta libertadora de San Martín.

Guerrero apuntó que el templo antiguo tenía su fachada hacia la actual calle Mendoza, “por donde luciera su entrada el general San Martín en su visita a San Juan el 9 de julio de 1815, alojándose en una de sus celdas”.

Luego narró que esa celda o habitación, se conserva en las mismas condiciones de entonces, con el catre y sillas que usó el Libertador y que luego fue nombrada “Celda de San Martín” por la misión que desempeñaba el general cuando la ocupó.

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Celda donde se hospedó San Martín.

Aquí convino con su teniente gobernador, Ignacio de la Roza, con Fray Justo Santa María de Oro y con Francisco Laprida, la forma de llevar mejor sus planes expedicionarios”. Se refiere Guerrero acá a la organización del Ejército de Los Andes y al cruce de la cordillera (con dos pasos por San Juan) y a la liberación de Chile.

De este encuentro salió la alianza de aquellos hombres y la promesa de San Juan de ayudar en la campaña.

Otro hito histórico, aunque menos feliz, que reseñó Guerrero es que en este convento estuvo también alojado el Primero de Cazadores de Los Andes “en el trágico momento de su sublevación el 9 de enero de 1820, acontecimiento que determinó dos meses después la autonomía de la provincia”.

Nuevo templo

Una investigación de Leonor Paredes de Scarzo, miembro de la ex Academia de Historia de San Juan y del Ateneo Paula Albarracín de Sarmiento, señalaba que la primitiva iglesia de Santo Domingo tenía el frente a calle Mendoza (ex Real de las Carretas), de reducidas dimensiones.

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Esa iglesia quedó chica con el crecimiento poblacional por lo que la orden proyectó una nueva iglesia, más grande, esta vez con la entrada por la actual avenida Libertador.

“Para la construcción de este nuevo templo se tuvo la ayuda de Domingo Faustino Sarmiento y Saturnino de Ia Precilla. También el pueblo colaboró generosamente y de acuerdo a sus posibilidades, en 1864 se puso la piedra fundamental”, relató Paredes de Scarzo.

La construcción de la nueva iglesia, de mampostería de ladrillo, demandó cerca de 50 años.

“Sin embargo el esfuerzo se vio coronado por el éxito en la primera década del siglo XX, en efecto el 6 de junio de 1908, y ante una fiesta de resonancia, fue inaugurado solemnemente dicho templo aunque aún le faltaba una de sus torres”.

La bendición del mismo estuvo a cargo del entonces obispo de San Juan de Cuyo, monseñor Marcelino del Carmelo Benavente, tuvo a cargo la bendición de la nueva iglesia, gran orador del clero argentino en San Juan “cuya elocuencia dio mayor realce a la inauguración”.

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Foto de Leonor Paredes de Scarzo

Guerrero destacó que el convento de Santo Domingo de San Juan fue uno de los más ricos de la congregación hasta mediados del siglo XVIII pues el capitán Juan Eugenio de Mallea, segundo jefe de la expedición conquistadora y co-fundador de la ciudad de San Juan de la Frontera, “instituyó a favor del convento de Santo Domingo una capellanía perpetua por nueve misas rezadas y tres cantadas manifestando que era su voluntad participaran y gozaran de ella su padre y madre, y su mujer, doña Teresa de Asencio, que en gloria sea”.

Una orden despojada

El 31 de octubre de 1606, contó Guerrero, una nieta de los Mallea donó al mismo convento una  finca de Angaco, como se le llamaba entonces al departamento Albardón. Pero el 2 de octubre de 1765 pasó, por real cédula expedida en esta fecha, al maestre de campo don José Rivero, quien era mayordomo de esa iglesia matriz.

De esta forma, la orden Santo Domingo quedó desposeída de una cuantiosa fortuna que le fuera donada por uno de los primeros pobladores españoles de la ciudad capital y su nieta.

Luego Guerrero agregó que en los últimos años de la colonia funcionaba una escuela de estudios superiores en la que Justo Santa María de Oro realizó sus estudios.

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Casamiento en la vieja iglesia Santo Domingo.

“El convento de Santo Domingo fue declarado Lugar Histórico por decreto N° 107.151 del Poder Ejecutivo Nacional, de fecha 6 de diciembre de 1941.

Pero el 15 de enero de 1944 el precioso templo cayó luego del terremoto, salvándose de la catástrofe la celda de San Martín.

“En el mismo lugar se levantó un nuevo templo pero sin la suntuosidad del primero”.

Otros datos

Paredes de Scarzo pudo reconstruir con más detalle la construcción del antiguo templo.

“La construcción de la iglesia fue dirigida por Lorenzo Anzelotti, la misma sufrió desviaciones en el alzado por efectos del terremoto del 22 de octubre de 1894. En 1905 con la llegada de Fr. Raimundo Gavelich se reanudaron los trabajos.

Tras serios estudios y arduas discusiones, la dirección de los planos fue realizada por el señor Mai, de Santa Fe, y la empresa constructora fue la de Carlos Varese e hijos”.

Leonor reseñó que cuando se inauguró la iglesia, el 6 de junio de 1908, aún faltaban algunas terminaciones. Tenía tres naves y crucero. Las dimensiones eran 60 metros de largo por 18 de ancho.

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Se compraron en París los cuadros del Vía Crucis, el púlpito de madera fue donado por el Sr. Luis Ortiz Basualdo de la Capital Federal. Hoy está en el ambón de la iglesia y en el frontal del altar mayor.

EI par de pilas bautismales de mármol de carrara fueron donadas por Lucila y Adelaida Doncel. La lámpara de bronce por Inés y Eugenia Tudela.

Una pila de mármol rosado por el Obispo de San Juan de Cuyo monseñor Marcolino del Carmelo Benavente. Una custodia de metal y oro donado por el pueblo de San Juan, fueron algunos de los donativos.

“La Iglesia de Santo Domingo era, por las dimensiones y detalles de su construcción, una de las más hermosas e importantes de San Juan hasta el terremoto de 1944. El sismo, que destruyó gran parte de la ciudad, dañó irremediablemente este edificio que había sido completado en 1911.

Este templo quedó muy averiado con el terremoto del 15 de enero de 1944 y tuvo que ser demolido. Luego se construyó el templo actual que nuevamente fue dañado por el terremoto de diciembre de 1977, siendo consolidado y refaccionado”.

El último terremoto, del 19 de enero de 2021, también dejó graves consecuencias en la estructura de la iglesia.

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