Medalla Milagrosa

Angaco: el santuario de la Medalla Milagrosa que nació de una promesa

La belleza del desierto sanjuanino y su silencio apacible, llenan el alma en un santuario nacido de una promesa cumplida, en la falda del cerro Pie de Palo, departamento Angaco.

A solo 25 kilómetros de la villa cabecera del departamento, por un camino consolidado y en muy buenas condiciones de transitabilidad con cualquier vehículo, se encuentra el santuario de la Virgen de la Medalla Milagrosa.

Su origen se remonta a fines de la década de 1990 cuando el angaquero y comerciante, Omar Wancel, prometió a la Virgen que le levantaría una pequeña capilla cuando mejorara la salud de un miembro de su familia.

Con la promesa cumplida, Wancel contó a los vecinos su objetivo, todos se comprometieron a ayudarlo y colaboraron con materiales para levantar la capilla que está revestida con piedras del Pie de Palo.

Llevaban camiones con materiales, hierro, cemento, ladrillos que juntaban los vecinos”, contó Cristian Ovejero, parte del equipo del área Turismo y Cultura de la Municipalidad de Angaco.

Agregó que ese grupo de vecinos comenzó a organizar una fiesta, pequeña e intimista, en honor a la Virgen, y en 2019 lograron, por primera vez, llevar un sacerdote que celebró una misa. “La familia Wancel y vecinos organizaron la actividad que incluyó shows en vivo con artistas que colaboraron. Ese año el escenario fue un acoplado de camión y la gente llevaba sus sillas y mesas”, relató Ovejero.

Así comenzó esta fiesta que desde hace tres años organiza también la municipalidad, transformándose en una celebración multitudinaria con más de 10 mil personas.

En el lugar no hay electricidad ni agua potable, por eso para el día de la fiesta la municipalidad lleva equipos electrógenos.

La provisión de agua para los baños se realiza con una pileta reservorio que llenan tanto el municipio como las personas que por promesa donan agua que llega en camiones cisternas.

Además, la Municipalidad de Angaco aportó obras menores que suman servicios como parrilleros, baños, refugios con sillas y mesas.

Los visitantes y promesantes también han contribuido llevando verde al paraje desértico y hay algunos árboles y varias plantas colocadas en el suelo o en macetas improvisadas con envases de plástico, que se suman a la flora autóctona.

También colaboran con la limpieza del lugar que cuenta con basureros en puntos estratégicos. El paraje tiene un casero que mantiene y cuida los bienes que están a disposición gratuita de todos los visitantes.

Este santuario es paso obligado para llegar a otros puntos turísticos como el santuario de la Difunta Teresa, Guayaupa, Agua del Conejo, y los circuitos de trekking que incluyen petroglifos y la Cueva del Quemado.

¿Conocías este destino de la ruta de la fe en San Juan?

Cómo llegar: Por la ruta Eva Perón, que atraviesa el departamento Angaco, al llegar a calle Bosque doblar a la derecha, termina el camino pavimentado y continuar unos 9 kilómetros más, el paraje está señalizado.

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