Le tocó a Franklin Rawson ser el artista de una familia de ilustres: su padre, Amán Rawson fue un médico norteamericano que se instaló en San Juan y se casó con Justina Rojo.
Además es hermano mayor de Guillermo Rawson, médico fundador de la Cruz Roja Argentina que también supo destacarse como político.
El 14 de marzo de 1871, Franklin fallecía en Buenos Aires producto de la fiebre amarilla. “El eximio pintor plástico sanjuanino Benjamín Franklin Rawson figuró entre los primeros pintores de la época en el país y en Chile”, reseñó el historiador César Guerrero en “Efemérides sanjuaninas” (1961).
En la biografía del artista publicada en la página web del Museo de Bellas Artes que lleva su nombre, relataron que nació en San Juan en 1820 y falleció en Buenos Aires en 1871.
En su provincia natal aprendió sus primeras letras, francés, geometría y dibujo con Pierre Douet; y en la pintura se inició bajo las enseñanzas de Amadeo Gras y de Pierre Douet.
Formó parte del movimiento plástico sanjuanino promovido por la Sociedad Dramático Filarmónica, que había sido creada por Sarmiento.
Cuando cumplió los 18 años, su padre lo envió a Buenos Aires donde aprendió del maestro Fernando García del Molino, con quien se perfeccionó en el retrato y en la miniatura.
Franklin era muy amigo de Sarmiento y por cuestiones políticas, ambos se exiliaron en Chile en 1842. Allí continuó su aprendizaje con el pintor francés Augusto Quinsac Monvoisin, vivía con Sarmiento, y compartía estudios con Procesa, la hermana de Domingo Faustino.
Cuando regresó a San Juan, fue electo diputado provincial pero renunció al cargo y se trasladó a Buenos Aires, para estudiar con Martín Boneo.
Franklin se casó con Paz Mendieta y tuvieron un hijo que falleció con pocos años.
Su obra
Roberto Amigo fue el curador de una exposición de Franklin Rawson realizada en San Juan en 2013-2014.
Amigo destacó que los retratos de este artista “revelan mucho más que la simple imagen representativa: sugieren los sutiles modos de relación en las familias retratadas, el valor de la mirada en tanto comunicación puramente visual, las descripciones de objetos como portadores simbólicos de época, clase, sensibilidad”.
Agregó que en la pintura histórica, Rawson supo manejar los diferentes niveles de alegoría y verosimilitud, “como eficiente artefacto de comunicación de contenidos socio-políticos”.
“Se pueden rastrear como en ‘Salvamento en la cordillera’ operan los modelos compositivos de la pintura francesa de primera mitad del siglo XIX, pero también deberíamos mirar las maneras en que nuestro pintor se distancia de esos modelos”.
Mientras que las restauraciones permitieron ratificar a “un pintor con dominio de su oficio, equiparable a los grandes artistas argentinos de su época, permitiendo reescribir la historia del arte nacional, entendiendo que la producción del sanjuanino deberá ser pensada y valorada de un modo distinto al tradicional”.
Se estima que Franklin Rawson pintó unos 300 cuadros de los cuales siete se conservan en el museo sanjuanino.
El Museo de Bellas Artes de San Juan es uno de los más importantes del país, y lleva su nombre desde el año 1938, por iniciativa de Alfredo Martín Palma, miembro de la Comisión Provincial de Bellas Artes.