La plaza que Sarmiento nunca tuvo en la ciudad que lo vio nacer

La calle donde está su casa natal lleva su nombre, también el primer teatro de la Ciudad y dos de las escuelas más importantes. Sin embargo, Domingo Faustino Sarmiento nunca logró tener una plaza en la ciudad que lo vio nacer, la Capital de San Juan.

Hay plazas en homenaje a los sanjuaninos Narciso Laprida y Antonino Aberastain, y a otros no nacidos en esta tierra como Hipólito Yrigoyen y Almirante Brown, sin embargo, en la Ciudad de San Juan no hay una plaza dedicada al mayor prócer local, aunque hubo dos intentos para lograrlo, y ambos pasaron por la aprobación de la legislatura local.

casa sarmiento
Casa de sarmiento, sobre la calle que lleva su nombre.

El historiador César Guerrero, en su libro “Efemérides sanjuaninas”, señala que en el 10 de octubre de 1910 fue promulgada una ley por la cual se disponía la expropiación de una manzana para erigir en ella la Plaza Sarmiento.

El predio a expropiar comprendía la manzana de las calles Mendoza, 25 de Mayo, San Luis y Salta (ahora calle Entre Ríos). Pero esa expropiación no se hizo efectiva, se desconocen los motivos.

En esa manzana actualmente está el Instituto de Formación Docente Margarita Ferrá de Bartol, y vivienda particulares.

cuadra 1
Primera localización para la plaza Sarmiento

Segundo intento

Hubo un segundo intento por darle a Sarmiento su plaza en la Ciudad, y el 16 de septiembre de 1919 se sancionó otra ley sobre el mismo asunto.

“Declárese de utilidad pública la manzana comprendida entre las calles Córdoba, Leandro Alem, General Paz y Santiago del Estero, para destinarla a una plaza que llevará el nombre de Domingo Faustino Sarmiento, donde se erigirá la estatua del mismo, en cumplimiento de la ley promulgada el 10 de octubre de 1910”.

cuadra2
Segundo intento de destinar una cuadra a la plaza Sarmiento.

Guerrero señala que al año siguiente, el 19 de noviembre de 1920, se volvió a tratar el asunto en la legislatura “sin que hasta la fecha se haya materializado la idea, no obstante las dos leyes promulgadas al mismo efecto”, decía el historiador, sin aportar detalles al respecto.

Es posible que la expropiación se frenara por falta de recursos, o bien por intereses deconocidos. La idea hoy no podría llevarse adelante en esas manzanas destinadas hace 100 años para la plaza, no solamente porque la expropiación significaría un gasto millonario para la provincia, sino porque afectaría urbanizaciones e incluso edificios públicos con alto beneficio social.

De retomarse esta idea habría que relocalizar esta proyectada plaza en la Capital. Por el momento hay que asumir que la iniciativa quedó en dos leyes incumplidas.